El Parlamento echó a Berlusconi

El ex premier y líder absoluto de la derecha italiana desde hace dos décadas perdió la inmunidad parlamentaria. Fue condenado a cuatro años de cárcel por fraude fiscal. No podrá ejercer cargos políticos por seis años. "No me retiraré a un convento", afirm

El Parlamento echó a Berlusconi
El Parlamento echó a Berlusconi

El Senado expulsó ayer como parlamentario a Silvio Berlusconi, de 77 años, por la condena judicial en firme a cuatro años de cárcel -ratificada en tres instancias- en una causa por fraude fiscal. “Es un día de luto para Italia y su democracia”, afirmó Berlusconi, el personaje que dominó los últimos 20 años de la política italiana.

El Senado sufragó con voto público de sus miembros (los “berluscones” querían el voto secreto) la decadencia de il Cavaliere por 194 a 114, con 4 abstenciones. Sin el escudo de la inmunidad parlamentaria, podría ser arrestado ahora por iniciativa de algún magistrado.

A Berlusconi le aplicaron una ley sancionada en 2012 que el mismo partido conservador del magnate de las comunicaciones votó y por el cual los condenados por delitos penales por más de dos años no pueden ejercer cargos políticos. Ya en diecisiete ocasiones la ley ha sido aplicada con la expulsión de sus cargos de funcionarios de distinto nivel, pero es la primera vez que se la aplica a un parlamentario.

De acuerdo a la ley, ‘il Cavaliere’ no podrá ser elegido otra vez en el Parlamento ni en ningún cargo público en los próximos seis años. Dentro de dos meses, un tribunal de apelaciones probablemente reforzará la prohibición como pena accesoria a la condena a cuatro años de cárcel por fraude fiscal.

El 1 de agosto, la Corte Suprema de Casación confirmó la prisión para Berlusconi, reducida en la práctica de cuatro a un año de carcel por una amnistía de tres años que se remonta a 2006. Por su edad, el propietario de las tres grandes redes de TV privada deberá cumplir la pena de un año en arresto domiciliario o bien trabajando en un servicio social. Pero la humillación de esta condena es muy fuerte para Berlusconi.

“Han atropellado la libertad, la democracia y los derechos”, clamó Berlusconi, emocionado, ante 1.500 personas que se congregaron en la estrecha calle céntrica de Roma donde se encuentra el Palacio Grazioli, su residencia local.

“Es una decisión que invita a la venganza”, agregó il Cavaliere, afirmando que son los comunistas (no los nombró por su nombre, como hizo toda la vida) los que quieren apartarlo del poder "en nombre del camino judicial hacia el socialismo, en contra del capitalismo burgués”. “Me llevan delante del pelotón de ejecución, pero yo no me retiraré a un convento”, clamó.

Entre emociones, rabias y lágrimas, sus partidarios acudieron de varias partes de Italia. Un hombre se quitó la ropa frente al Palacio Grazioli. “Silvio, no me pagan el sueldo, ayudame”, gritaba. Lo apartaron y algunos trataban de consolarlo. Alrededor de mil policías cubrían la zona y algunos de ellos retiraron un gran cartel que denunciaba “un golpe de Estado”. La acción motivó protestas de parlamentarios berlusconianos.

En el Senado, las parlamentarias del partido de ‘il Cavaliere’ se presentaron vestidos rigurosamente de negro. También Berlusconi luchó hasta último minuto para detener el voto de condena al que se sumaron los senadores del partido Democrático de centroizquierda, del movimiento 5 Estrellas del cómico Beppe Grillo, y otros grupos menores.

En cambio, votaron a favor del ex líder (para ellos) encabezados por el vicepremier y hasta hace poco delfín político de Berlusconi, Angelino Alfano, que se alzó contra Berlusconi en octubre cuando il Cavaliere cometió el error de querer derribar al gobierno de amplia convergencia que Berlusconi había armado con el partido Democrático. Una opción en el fondo absurda, porque hacía dormir en el mismo lecho del poder a los dos partidos adversarios históricos.

En la noche del martes, el juguete imposible se rompió y Forza Italia anunció el retiro de la mayoría y el pasaje a la oposición un día antes de la votación final que desalojó a Berlusconi como senador.

El gobierno se sostiene ahora con una escasa mayoría en el Senado, gracias al apoyo de un tercio de senadores de centroderecha que abandonaron el liderazgo de Berlusconi.

Manifestaciones en Roma

Miles de manifestantes se congregaron frente a la residencia romana de Berlusconi, en el corazón de Roma, a la misma hora en que el Senado votaba su expulsión.

“Berlusconi, mártir de la libertad”, rezaba una de las pancartas cargadas por numerosos jóvenes que izaban banderas de Italia y cantaban el himno de “Forza Italia”.

Il Cavaliere, que no asistió al debate en el Senado, evitando así uno de los momentos más difíciles y humillantes de su carrera parlamentaria, habló desde un palco instalado frente a su palacio, mientras se instalaban tres pantallas gigantes en la céntrica plaza Venecia, a pocos metros de su residencia.

Fiel a su estilo, Il Cavaliere anunció que no se retira y que prosigue su carrera política como líder de los casi 10 millones de italianos que lo eligieron y sostienen.

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