El jueves 3 puede considerarse el día 0 para la paritaria vitivinícola 2013, una vez que, pedido mediante ingresado el último día hábil del año pasado al Ministerio de Trabajo Regional Mendoza por parte de Soeva, los representantes gremiales y de las entidades empresarias asumieron que tendrán que sentarse a la mesa de negociación no más allá de la segunda quincena de enero.
Si bien la cartera laboral debe fijar la fecha, se estima que será durante los últimos días del mes la convocatoria para determinar en cuánto se ajustarán los salarios básicos que hoy son de $ 3068 para un operario de bodega y de alrededor de $ 3000 para el trabajador de viña.
Hasta entonces, las partes interpretan a su conveniencia el discurso oficial que preanuncia un corset del cual nadie podrá moverse demasiado. Y mientras las autoridades apuestan a que un eventual piso y techo dependerá de la modificación del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, el delegado regional de Trabajo, Miguel Cerutti, asegura que, al menos por el momento, desde las más altas esferas del Ministerio a nivel nacional "no hay instrucciones respecto de una pauta, ni en más ni en menos".
De mantenerse así, el "no mandato" haría que la paritaria comience sin cepo. Pero las entidades gremiales empresarias se aferran de antemano al rango de entre 20% y 25%, acorde a la "sugerencia" oficial. Este año, más allá de la suba de costos a ritmo sostenido, tienen argumentos indiscutibles: la industria no atraviesa un buen momento, como lo confirma la caída del 24,48% en volumen y del 5,20% en dólares de noviembre respecto del 2011 en exportaciones y, sobre todo, la merma del 44% en ventas de vino a granel, el gran motor del último año, complementado por casi un 5% menos en embotellados.
Entre tanto, desde Soeva intentan no anticipar su pretensión formal pero nadie piensa en una recomposición inferior al 40% como para empezar a charlar, sobre todo en vistas del 50% que ya soltaron otros gremios como ATE.
De ser así, tampoco sería una sorpresa para las cámaras empresarias; luego de que en 2011 la paritaria empezara con un inusual 100% de ajuste y un 2012 que había arrancado en un 60% para cerrar en 24.8%.
Los factores exógenos
El temor a una interna sindical que parece haberse activado también puede complicar el curso de la paritaria. Es que Soeva se encuentra en pleno proceso de renovación de autoridades, que ya se cumplió en delegaciones como Maipú, Guaymallén y zona Este y aún debe completarse en Luján y San Rafael. De hecho, habituales referentes de la mesa negociadora admiten "diferencias de criterio", a partir de los resultados en Mendoza, antesala de las de secretariado general en 2014.
En cuanto a lo que viene, para Osvaldo Soloa, de Soeva Guaymallén "nadie puede estar ajeno al impacto de la inflación, pero tenemos una piedra grande que es el tope que pretende poner el Gobierno. Es como cerrar una paritaria antes de empezar a discutir".
Por su parte, "prudencia" es el mensaje anticipado de Eduardo Senra, representante de la UVA y Asociación de Viñateros. "Alguien tiene que ponerle el cascabel al gato. Esperamos que el Gobierno marque un poco la cancha en materia inflacionaria", analiza.
De superar un 25%, es esperable que la pulseada se endurezca en cuanto a sumas no remunerativas y plazos al básico, como suele ocurrir. Pero no será el único factor de controversia.
Los resultados y el futuro de la Corresponsabilidad Gremial es, a priori, otro foco. Es que mientras los paritarios empresariales consideran que el convenio que difiere los aportes previsionales desde agosto en adelante debe discutirse por cuerda separada, desde Soeva piensan exactamente lo contrario.
"No tendría que mezclarse la tarifa sustitutiva con paritaria salarial. Con ello el Estado y el sindicato se garantizan la recaudación y la registración de los trabajadores. Pero usarlo como herramienta extorsiva sería un error", advierten desde las entidades, para quienes el nuevo esquema, aún con ajustes, necesita 2 años para un funcionar a pleno.
Para el sindicato, "es un agregado" a la negociación definir si el convenio tal como fue concebido se renovará o no. "Buscamos un planteo unificador", sintetiza Soloa, a sabiendas de que la recaudación promedió el 50%.