Si esta ciudad ya es perfecta, a fines de diciembre es la representación de la fantasía y del romanticismo, por supuesto. Las calles se adornan con sus mejores galas; los escaparates de las grandes tiendas se pelean por la atención mientras los monumentos se iluminan deslumbrando a propios y ajenos.
Desparramados por los quartier los mercados navideños de casitas de madera con techos a dos aguas con guirnaldas y luces alegóricas ambientan los días previos a las fiestas. Su patisserie, los clásicos de la cocina centroeuropea y el pan de jengibre, entre las delicias. Dicen que fue en Alsacia donde se popularizó la costumbre que luego se arraigaría en París en los años 90.
La región del norte que alguna vez perteneció a Alemania se vio muy influenciada por esa cultura en la que desde el siglo XIV mantiene la costumbre de comercializar productos en las calles los días previos a la Navidad. La Maison de l'Alsace en la capital francesa, es una tienda temporal que ofrece productos de la región en el número 39 de Champs-Elysées.
A propósito en esta avenida y hasta la plaza de la Concordia, se instala uno de los mejores mercados con un sinfín de delicados artículos para regalar o regalarse. En Trocadero en tanto, con la torre Eiffel iluminada al fondo, más de cien puestos con Delicatessen para comer, vestirse o decorar el hogar. Pero es la pista de patinaje sobre su fuente, la más divertida forma de pasar las horas allí. Si el frío aprieta, vino, chocolate o café caliente.
En La Défense, entre rascacielos y vanguardia, se instalan más de 300 puestos. En Notre Dame, entre el bellísimo árbol azul numerosos locales ambulantes contribuyen a la postal navideña como en cada uno de los distritos.
Place Vendome es adorable como sus calles aledañas festivamente iluminadas. Una buena idea es empaparse del glamoroso ambiente desde el café del hotel Ritz. Luego quizá deba pasear por Avenue Montaigne, llegar hasta las Galeries Lafayette cuya originalidad en las vidrieras que ya son un clásico de la época, se espera cada temporada. Este año el tema es La Bella y la bestia. Además su descomunal árbol de Navidad está colocado bajo una cúpula de estilo art-decó y cuenta con diseños y mecanismos móviles de Swatch.
En París entienden que la Navidad es una fiesta familiar, una ocasión de reanudar con los amigos, compartir momentos privilegiados con los niños. Entonces pistas de patinaje sobre hielo en la plaza del Hôtel de Ville y en los Champs-Elysées; juegos y deportes de invierno con el Stade Charléty sobre Nieve, Grande Roue (Gran Noria) place de la Concorde, papás noeles por todos lados y exposiciones de árboles de Navidad decorados por diseñadores. Por supuesto Disneyland Paris y el Playmobil FunPark ambientado con los colores de estas festividades y para los que van con tiempo hasta pueden tomar un curso de pastelería o diseño navideño.