Mientras los lotes de terneros se preparaban para presumir toda su robustez durante la particular subasta, una vaquillona de 150 kilos había pasado 24 horas ante las llamas para convertirse en el almuerzo de cientos de ganaderos del Valle de Uco.
El remate de invernada y cría que se realizó la última semana en Pareditas, San Carlos, parecía más bien una excusa. En realidad, los pequeños y medianos productores del Valle de Uco quieren celebrar la alta calidad que están logrando sus animales, tras la fuerte apuesta que están haciendo en genética y tecnología.
“Es un lote chiquito, pero estamos muy orgullosos del tamaño conseguido. Las lluvias nos ayudaron con la comida en el campo, pero también hemos empezado a mejorar la raza con buenos toros”, confesó Jorge, un productor del secano sancarlino quien -pese al fuerte sol del mediodía- no se despegaba del corral de sus animales.
Sucede que, hasta hace algunos años, muchos de estos pequeños y medianos ganaderos pensaban en abandonar la actividad. Hoy, están relegando el agro a un segundo término y abrazan la ganadería de zonas áridas como la primera actividad económica para sostener a sus familias.
"¡Observen qué tamaño! Es muy buena hacienda. Espero ofertas", gritó el martillero desde el ring del remate. De repente el grupo de tranquilos terneros que había ingresado al corral se volvió el centro de la mirada de decenas de hombres que los estudiaban desde las gradas de madera.
Con excesivos elogios hacia los vacunos y un impecable acento gauchesco, el orador siguió presionando a los compradores y golpeando su fusta contra el cerco para ratificar o destronar la cifra cantada.
Tanto el pampeano Hugo Fuentes -de la consignataria que dirige estos remates- como los locales sabían de quién había que esperar una respuesta. Representantes de la firma Millán y dueños de feedlots de La Pampa se quedaron con buena parte de la producción ofertada en la feria organizada por la Asociación Ganadera del Centro.
El día acompañó con un sol radiante. Unos 760 animales (700 terneros y el resto comprendido entre vaquillonas, vacas y toros) fueron rematados el miércoles en lotes minuciosamente preparados y certificados. El evento reunió a más de 40 productores del Valle de Uco, pero también de Malargüe, Potrerillos y Uspallata.
“Vengo a este remate porque también tengo campos en la zona. Pero lo bueno es que se encuentra muy buena genética. Hay razas que andan muy bien, como la Hereford, Braford y sus cruzas. El valor híbrido de los animales es valorado”, señaló el malargüino Gustavo Salzo.
“Se vendió todo y se vendió bien”, resumió entusiasmado hacia el final de la tarde Enrique ‘Quique’ Moronta, presidente de la Asociación Centro. Los productores locales se fueron conformes con los precios y “estos números le sirven también de referencia al pequeño que no pudo arrimar ternero a la feria”, agregó el dirigente. El ternero de destete se cotizó en $ 37,40 por kilo en ejemplares que van de los 120 a los 180 kilos y las vacas gordas y toros en unos $ 18.
Los remates a Pareditas volvieron años atrás, después de casi dos décadas que habían entrado en receso. Hoy se convierten en verdaderas fiestas, donde participan las familias y distintos referentes de la región.
Una de las particularidades de este remate, que busca beneficiar a los pequeños productores, es la posibilidad de comprar un toro de buena genética en noviembre y pagarlo en abril con los terneros que ha producido (unos cuatro por toro). Este canje ha permitido ir mejorando la calidad de los animales.
“Año a año, los compradores están empezando a confiar más en la producción de la zona. Nos cuesta certificar calidad, pero tiene sus consecuencias”, comentó Néstor Gómez, quien empezó a montar una cabaña hace 5 años en la zona y hoy se dedica sólo a reproducción.
“Por las lluvias, los campos están en buenas condiciones y los terneros han salido del destete con 30 kilos más que en otros años”, manifestó Moronta. También dijo que esta situación es potenciada por la inclusión de tecnología en el procesamiento del alimento. “Apuntamos a tener la mejor calidad de Mendoza”, sostuvo cuando se sucedieron los brindis y discursos. También fue el momento para que el ojo clínico del juez de la Asociación Argentina de Angus eligiera los ejemplares con mejores condiciones que luego se tradujeron en precio a la hora de la venta.