El 7 de abril de este año en Montevideo, la familia de Eliana P (su apellido no se publica a pedido de los aludidos), una chica uruguaya de 25 años, desapareció de un momento a otro sin dejar rastros. La joven había ido a la facultad de Administración de Empresas a la que asistía pero luego no regresó a casa.
Por más que Eliana es una chica especial, nunca hacía eso de irse sin dar explicaciones, y a las pocas horas sus familiares comenzaron a vivir la pesadilla del ser querido desaparecido y desprotegido. Igual, la historia culminaría de muy buena manera cinco días más tarde en la -para los uruguayos- lejana y desconocida provincia de Mendoza.
"Mi hermana es una persona normal, sólo que por un pequeño problema psicológico no suele relacionarse con personas de su edad, más bien se comunica con personas unos diez años más grande o diez años más chicos", aclara por vía telefónica Mathías M., su hermano.
Cuando se cumplieron las primeras cinco horas sin novedades de Eliana, la familia se puso con todo en la búsqueda. "La familia M es una familia importante en Uruguay; si bien tienen una excelente posición económica, no son de esos que ostentan", contó una fuente judicial de la Oficina Fiscal 16 de Rodeo del Medio.
A poco de comenzar con la pesquisa, los investigadores descubrieron que Eliana había abandonado Uruguay en compañía de un hombre argentino bastante mayor que ella. El destino final de ese viaje era la terminal del departamento de San Martín en Mendoza.
Temor
Pero el temor mutó en pánico cuando los familiares de Eliana se enteraron a través de la Oficina de Migraciones, que el hombre con quien viajaba la chica era Juan M. "Enseguida la Policía nos comunicó que el nombre y apellido eran coincidentes con un hombre vinculado con el delito de trata de personas", indicó Mathías a este diario.
Para entonces, la familia de Eliana -que vive en el mismo barrio que el ex presidente José “Pepe” Mujica- había contratado a dos hackers para que ingresaran en la cuenta de Facebook de la chica. Allí dieron con las conversaciones con Juan M. que daban la pauta de la huida a Mendoza.
La cuenta de Facebook de Juan M. también fue hackeada y los pesquisas lo vieron en una foto en la que salía con un ciclomotor con el típico paisaje mendocino como telón de fondo: Juan M. sonreía al lado de su moto y las montañas aparecían a su espalda. No daba la impresión de ser un temible tratante de personas.
"A partir de los datos de la patente de esa moto, Interpol nos dijo que si bien los nombres eran iguales, el Juan M. que estaba con mi hermana no era un tratante. Era un albañil, hijo de albañiles que habían venido de Bolivia, todos trabajadores", cuenta el familiar de la chica.
A la Argentina
Con todos estos datos, la familia de Eliana abandonó Uruguay en búsqueda de la chica y llegó a Mendoza el 10 de abril de este año. A partir de las investigaciones hechas por la Policía, más la denuncia que se había radicado en la Oficina Fiscal 16 de Rodeo del Medio, los familiares de la buscada llegaron hasta el humilde barrio 25 de Mayo de Rodeo.
En la Oficina Fiscal estaban un poco preocupados: el caso podía terminar en una privación ilegal de la libertad, femicidio, abusos de todo tipo, con el agravante de que la víctima era extranjera. En silencio, se tomaron las medidas y en pocos minutos, dieron con la casa donde estaba Eliana.
En una vivienda, efectivamente, fue encontrada la chica uruguaya y el hombre buscado. Los dos salieron una vez que vieron a los policías. Como sobre Juan M. pesaban las sospechas de delitos muy graves, quedó detenido. Con la urgencia que otorga una víctima extranjera, Eliana fue enviada al Cuerpo Médico Forense, donde se le hicieron las pericias correspondientes. El resultado fue negativo: nada malo le había pasado a la joven uruguaya.
Finalmente, después de las declaraciones correspondientes entre uruguayos y argentinos, Eliana, la chica que había escapado, pidió la palabra y contó la verdad: "Estoy enamorada de Juan M. Y si algo ha secuestrado este chico, es mi corazón", dijo en sede judicial.
Juan M, una especie de príncipe incomprendido, escuchó todo con las esposas puestas. "Soy un humilde trabajador, soy honesto. Y la quiero", susurró, y tímidamente levantó la vista para mirar a su enamorada.
Después la verdad corrió como agua libre: "Que se habían conocido por Facebook, que llevaban años chateando y que con el paso del tiempo los dos se enamoraron. Eliana mantuvo el secreto tal vez con la idea de que su familia "adinerada" no aceptaría a su novio albañil, doce años más grande.
"Por eso llevó adelante su aventura romántica de irse a la Argentina", dijo uno de sus familiares.
Todo bien
Pero la familia de Eliana no tuvo inconvenientes con el nuevo integrante y el obrero de la construcción mendocino fue llevado al Uruguay, donde vive hace cinco meses, después de que la familia de su novia Eliana le consiguiera trabajo en una empresa constructora.
"Mi hermana está feliz y él viene a visitarla todos los días, como lo hace un novio", dice el hermano de Eliana.
La causa penal fue archivada porque al menos por ahora estar enamorado no constituye un delito.
En noviembre, el secuestro que no fue se convertirá en una boda.