"Si quieres conocer tu presente mira tu pasado porque es su consecuencia; si quieres conocer tu futuro mira tu presente porque será su causa".
Frase milenaria
Con esta reunión entre el papa Francisco y el presidente Macri se ha perdido otra oportunidad para que los argentinos iniciemos el camino de la unidad.
En estos días se han escrito numerosos artículos y se han realizado numerosos comentarios en radio y TV sobre las razones que explican el por qué hubo tanta frialdad en la mencionada reunión.
No voy a entrar en detalles de qué se dijo a favor y en contra de cada uno porque es de nunca acabar pero lo que sí puedo afirmar es que es evidente que a estos “dos viejos conocidos”, al decir de Macri, lo que los perjudicó fue su historia, es decir su pasado... argentino.
Porque ese pasado estuvo presente en esa reunión e impidió que dos argentinos sellaran una unidad en busca de un país mejor, cuando más se necesita, dado el nivel de crisis política- institucional, económica y socio-cultural que estamos viviendo. Las palabras pudieron decir una cosa pero los gestos indicaron otra.
La prensa extranjera, que puede ser más objetiva que nosotros, expresó el nivel de incomunicación que existió en ese evento. Una posible explicación es ésta: los argentinos durante 40 ó 50 años nos hemos dedicado a separarnos y vivir en base a nuestras diferencias. Toda nuestra joven democracia ha estado signada por esta unidad que se ha basado en aquellas cosas que nos separan y así de un lado unidos los unos y del otro, unidos los otros.
Claro está, ellos no pudieron sustraerse a este modo cultural de ser que hemos sabido construir con un esmero y una dedicación digna de mejor causa a lo largo de todos estos años. La famosa “ brecha” que sufrimos es la culminación de un largo proceso que en particular la democracia no supo suturar ni superar sino que la estimuló y la acrecentó.
Es notable ver cómo el Papa Francisco (un argentino) que expresa con claridad meridiana a nivel ecuménico la importancia de la misericordia, del perdón y que manifiesta una acabada comprensión del valor de la humildad y unión entre seres humanos, a la hora de hacerlo entre nosotros hizo primar las diferencias que representaba con el otro (un argentino) en la reunión.
Es importante que nosotros los argentinos, que luego votamos, nos demos cuenta de que vamos a tener que esforzarnos mucho para cerrar la brecha que construimos y hoy padecemos. Esto se va lograr sólo cuando tengamos clara conciencia del valor de la unión, la aceptación del que piensa distinto y especialmente valorar que sin el bienestar del otro, el nuestro será imposible.
