Parapentistas heridos al caer sobre una ladera del Cerro Arco

Las víctimas son el instructor, que sufrió fractura de su pierna izquierda y su alumna, que tuvo politraumatismos.

Parapentistas heridos al caer sobre una ladera del Cerro Arco

Minutos después de las 13 de ayer  dos personas cayeron de un parapente en la zona del Cerro Arco (Las Heras) y sufrieron heridas que obligaron a su internación.

Los accidentados son el instructor Elías Gassibe (49) y una alumna, identificada como Miriam Sangnoni (46).

Gassibe es hijo del conocido médico ginecólogo del mismo nombre, Elías Gassibe, ya fallecido, quien además era un destacado dirigente e historiador maronita.

No se conoció inicialmente la mecánica del incidente, ocurrido en el mediodía de ayer, pero la policía informó que las víctimas “cayeron del aparato a un barranco”,  a unos 20 metros del cerro.

Las 2 personas fueron auxiliadas por la Patrulla de Rescate de la Policía y trasladadas en el helicóptero de la fuerza al hospital Lagomaggiore. Gassibe sufrió una fractura en la pierna izquierda,  y ayer mismo fue derivado del hospital público a la Clínica Francesa para continuar su tratamiento.

Un familiar directo dijo que “está bien”. La mujer que intentó el vuelo resultó con politraumatismos.

Personas de la actividad no quisieron comentar las causas del percance, que será investigado por la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac), organismo que controla el uso del espacio aéreo.

Se descarta en paralelo la apertura de una causa judicial. Las mismas fuentes de esta actividad señalaron que los vuelos se coordinan desde el Club de Vuelo Libre Cerro Arco y que el instructor estaba habilitado.

Si bien la regulación del uso del espacio aéreo es competencia de la Anac, la reglamentación de los desplazamientos son responsabilidad de la Federación Argentina de Vuelo Libre (FAVL). Entre las misiones de esta última figuran tomar exámenes y otorgar las licencias de piloto en sus distintas categorías, de piloto biplaza y de instructor y controla la actividad de escuelas de vuelo libre.

En la misma página web de la entidad se explica que un parapente es considerado un planeador ultraliviano totalmente flexible, construido de tela y cuerdas de alta resistencia.

Al ser una actividad rentada en la provincia, los clubes son habilitados por los municipios en su condición de comercio, mientras que la Dirección de Servicios Turísticos del Ministerio de Turismo, cuyo titular es Rolando Piantini, sólo inspecciona las entidades practicantes como prestadores de turismo de aventura.

Sobre si es peligrosa la práctica del parapentismo, la FAVL explica que “todo deporte aéreo implica cierto nivel de riesgo, por el solo hecho de desarrollarse lejos del suelo.

Sin embargo, el correcto aprendizaje de las técnicas, el respeto por las normas, el uso de elementos homologados y correctamente mantenidos, y la responsabilidad personal de cada piloto ayudan a mantener una baja estadística de accidentes”. Se calcula que en toda Mendoza hay de 30 a 40 instructores.

Aunque no hubo muchos accidentes en el pasado en esta práctica, relativamente nueva, un episodio grave que se recuerda le ocurrió a Gustavo Pizarro, en 2012, cuando contaba con 39 años.

El 13 de marzo de ese año se cayó en el Cerro Arco y desde entonces tiene un muestrario de fracturas en su cuerpo. El percance se produjo cuando el hombre y su equipo de vuelo fueron empujados por una turbulencia, el ala se desinfló y se deformó, causando la caída vertical.

“Al golpear contra el suelo, me quedé sin aire, pero logré maniobrar el parapente para que no me arrastrara”, contaría cuando se recuperaba de las lesiones. Además, su rescate demoró varias horas.

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