Los tres meses sin competencia no hicieron daño en esa solidez que ya había evidenciado este equipo en la primera parte de la competencia. Independiente Rivadavia lucía impecable.
Presión bien alta (hasta seis futbolistas mete en campo adversario para recuperar el balón), criterio en la distribución de la pelota y un acelerador apretado demasiado a fondo, por momentos. Todo esto fue mucho para un Atlético Paraná timorato y que no entendía demasiado lo que estaba sucediendo.
El gol de Cardozo llegó como producto de un funcionamiento colectivo perfecto; no hubo azar ni errores ajenos. La Lepra tiene rasgos bien distintivos, sabe hacer pesar sus virtudes y entiende cómo minimizar sus falencias.
Concepto clave en la consolidación de un equipo. Ese tremendo ritmo que metió en el tramo inicial no lo pudo sostener el Azul y cuando se moría la etapa inicial, el local llenaba de centros el área del equipo mendocino para un lungo Cadenazzi que perdió siempre con Agüero y Yeimar.
Todo se desdibujó en el complemento. Aunque no hay que menospreciar los aciertos del Indio Ortiz (afuera los intrascendentes Borghello y Belforte para los ingresos clave de Ftacla y Pajón). El Gato copaba la mitad del campo, ya la posesión del balón no lo cuestionaba Independiente pero todo se reducía a centros que, de a poco, fueron complicando.
Dos tapadas tremendas de Aracena sostenían lo que ya no era justo. El local asfixiaba a un Azul desconocido, desconcertado. El cabezazo de Lencioni y el 1 a 1 no hizo más que hacer justicia.
Independiente lo terminó sufriendo al partido porque no encontró su mejor forma, sólo en una ráfaga del primer tiempo y porque no supo acertar tampoco en el contragolpe. Queda mucho por delante y sumar siempre es positivo. Aunque para seguir escalando debe extender por más tiempo ese equipo de “caudillos” de los primeros 20 minutos en Paraná. El Azul del segundo tiempo deberá enterrarlo urgente.
El sueño de la Copa Argentina, cada vez más cerca
A un paso. El empate en Paraná además de ser positivo para la tabla de promedios, también lo es para la de posiciones.
¿Por qué? Porque la Lepra está muy cerca de asegurar su retorno a la Copa Argentina tras un año de ausencia. El equipo de Martín Astudillo deberá al menos empatar ante Brown de Adrogué para asegurar su lugar entre los primeros doce de la B Nacional y así garantizar su retorno al certamen que pone en juego nada menos que una plaza en la Copa Libertadores.
Sin dudas, esta gran campaña de Independiente, lleva todos los objetivos de la mano: permanencia, ascenso y clasificación a la Copa Argentina.
