El 19 de setiembre de 1985, Germán se encontraba en la Chaves sentado bajo esos frescos y sombríos árboles. ¡Eran tan hermosos! Allí había crecido un jacarandá de flores perfectas; un amplio ombú; entre tantos otros que él había plantado y cuidado.
Su talento como conocedor de plantas había logrado que creciera ese mustio girasol, la hortensia y el hinojo que estaba en el rincón.
Ese día fue crucial para Germán... Su patrón vendió la chacra, debiendo abandonar su pedazo de paraíso.