El conflicto de los trabajadores municipales de Lavalle nucleados en ATE y el intendente Roberto Righi (PJ) adquiere dimensiones cada vez más preocupantes, dado que a la tensa situación, que implicó enfrentamientos de gremialistas con representantes de la agrupación vecinal Tupac Amarú y hasta denuncias cruzadas por hechos de violencia, se suma una concentración de sindicalistas que se realizará hoy en la puerta de la comuna, en el marco de una huelga “solidaria” convocada por la organización que lidera Raquel Blas.
Precisamente, la secretaria general de ATE anunció ayer la nueva medida de fuerza “de todos los sectores” de los trabajadores del Estado, los que confluirán en el sitio donde, desde hace unas tres semanas, acampan los sindicalistas para reclamar la reincorporación de cinco trabajadores despedidos por el intendente el pasado mes de marzo (ver aparte).
Blas responsabilizó a Righi por la seguridad de los que acampan frente al municipio y denunció que “patotas” que responden al jefe comunal “apretaron” a los trabajadores. “Personas ligadas a Tupac Amarú, de muy buenos vínculos con el intendente, intentaron echar a los compañeros con amedrentamientos verbales y físicos, ante la pasividad de la Policía”, indicó la referente gremial.
Righi negó los “vínculos” con la Tupac Amarú, aunque señaló que “son vecinos que están como todos, enardecidos con esta situación”, y aseguró que ha hecho todos los esfuerzos por evitar hechos violentos. Y él mismo denunció que los gremialistas “le pegaron a una persona”.
El cariz del problema se tornó más grave sobre la noche del martes. Las explicaciones oficiales señalan que se detuvo a algunos acampantes “por estar con bebidas alcohólicas en la vía pública”, según el propio Righi, aunque el justificativo fue “averiguación de antecedentes”.
No son pocos los que piensan, incluso en ámbitos judiciales, que la situación podría haberse resuelto, si se trataba de tenencia de alcohol, con el mero apercibimiento que plantea el Código de Faltas.
Sin embargo ATE denunció que durante la permanencia de los gremialistas en la Comisaría 17, uno de los detenidos, Mauricio Quiroga, fue agredido “brutalmente” por efectivos policiales, razón por la cual ayer Blas acudió a la Justicia a denunciar el hecho, acompañada de fotos y videos.
Ahora la causa está en la órbita del fiscal de delitos especiales Santiago Garay y bajo un estricto secreto de sumario.
Medio año de conflicto
El problema entre los trabajadores y Righi comenzó el 9 de diciembre pasado, cuando aquellos pedían una suba “de urgencia” de $ 2 mil, mientras que el intendente decía poder entregar sólo $ 500. La disputa provocó que los empleados tomaran la sección de Maestranza durante casi un mes. El 6 de enero se solucionó el problema con el compromiso del municipio, según consta en el acta firmada ese día, de no generar represalias contra los trabajadores, es decir, no despedirlos, y de establecer un “cronograma de pase a planta” para todos los contratados.
Sin embargo en marzo, el municipio no renovó el contrato de 5 empleados de los involucrados en la protesta. Righi esgrimió que lo decidió “porque faltaron 17 días” al trabajo y que las ausencias sucedieron “después del 6 de enero”, aunque ninguno de los trabajadores en falta fue sumariado.
Los despidos generaron la reacción de ATE, que con protestas primero y campamentos después (se instalaron el 28 de abril en la Legislatura y el 1 de mayo se mudaron a la Municipalidad) han mantenido un conflicto que sigue lejos de solucionarse.
Ese es el escenario de la concentración de hoy. Y si bien todos apuestan a la convivencia, Righi, que niega tener contactos con fuerzas de choque “ni patovicas”, avisó que para él “será una jornada normal”, aunque advirtió que le pedirá ayuda “al ministro de Seguridad”, Leonardo Comperatore, para garantizar la paz social.