Los días pasan y la ansiedad se va apoderando del Parque. Las horas, de a poco, van acercando a Gimnasia al partido que definirá su futuro en la B Nacional, por esa razón es que Omar Labruna no hace otra cosa que buscar el equipo para ganarle a Villa Dálmine y esperar que los demás resultados lo ayuden a zafar del descenso.
Por eso ayer el entrenador del Lobo comenzó a probar el equipo que jugaría el domingo y metió mano a fondo, desde el dibujo táctico hasta los nombres propios que entrarán a la cancha.
Es que la práctica arrancó con el equipo tradicional y un 4-4-2 bien armado con una sola variante con respecto al equipo que perdió ante Ferro: Ernesto Garín por Marcelo Carrizo.
Pero las cosas no salieron como el entrenador esperaba y para colmo Damián Akerman salió por una molestia muscular; así Labruna pateó el tablero y decidió cambiar.
Dejó atrás el 4-4-2 y pasó a un 3-4-1-2 más ofensivo con un equipo equilibrado porque Corvalán pasó a la mitad de la cancha, pero con un poder ofensivo interesante, ya que mandó a los titulares a Sergio Oga en lugar de Espinosa para que juegue de enganche se juntará con Ernesto Garín, César Carranza y Jonathan Lastra para generar juego en ataque. Es decir que el Lobo pasó a jugar sin un delantero de área, y buscó la llegada de más volantes.
Son algunas de las modificaciones que prueba el entrenador con el único fin de hacer jugar mejor el equipo y conseguir un triunfo que será vital para seguir soñando.
Sólo faltan algunas horas para que ese partido llegue y para que Gimnasia defina su futuro en la categoría, por eso el cuerpo técnico y los jugadores trabajan a destajo para dejar al Lobo en la categoría.