Desde dejar de construir una tribuna flotante hasta cortar en voluntarios: los organizadores de los Juegos Olímpicos de Río-2016 anuncian nuevos cortes en su presupuesto en pleno declive económico de Brasil.
Pero la buena noticia es que la ampliación del metro, fundamental para el traslado al parque olímpico, estará lista para el megaevento, aunque casi en el límite: un mes antes.
En un país en plena recesión económica y sin proyecciones de crecimiento hasta 2018, el jefe de comunicaciones de Río-2016, Mario Andrada, aseguró que el presupuesto del Comité de 7.400 millones de reales (unos 1.830 millones de dólares) para los primeros Juegos de Sudamérica está “equilibrado” y que apenas sufrió con las fluctuaciones del tipo de cambio.
Aunque en la recta final, a poco menos de 200 días de que comiencen las competiciones (que irán desde el 5 al 21 de agosto), si se puede ahorrar, se ahorra... Incluso en voluntarios, que no reciben un sueldo, pero representan un gasto en formación, vestimenta, transporte y comida.
“Cortamos algunos servicios e hicimos algunos ajustes importantes en el presupuesto del Comité. En el futuro, muchos Juegos seguirán esta línea para hacer un evento económicamente sostenible sin elefantes blancos”, dijo Andrada a periodistas en Sao Paulo.
El número de voluntarios pasará de los 70.000 previstos inicialmente a 50.000, una cantidad que es “más que suficiente” para los organizadores, pese a que hay otro proceso de selección paralelo de otros 12.500 colaboradores para trabajar exclusivamente en las ceremonias de apertura y clausura.
Boletos sin vender
La organización desistió, además, de la construcción de la grada que estaba proyectada sobre el agua en la laguna Rodrigo Freitas, donde se realizarán las competencias de remo.
“Quitando en la Lagoa, no hay ninguna instalación que no vaya a ser construida, aunque todas fueron revisadas y algunas podrían sufrir algún cambio”, precisó Andrada.
Entre esas modificaciones, el representante del Comité organizador destacó la simplificación de los bastidores de los centros de competencia.
Las diferentes salas para las federaciones, el Comité Olímpico Internacional (COI) y otras administraciones previstas en la mayoría de las instalaciones, no serán construidas. Apenas se conservará un recinto aparte para los controles de antidopaje, mientras que el resto del personal se acomodará en carpas.
En el nuevo plan de ahorro también se redujo la cantidad de autos a disposición de la “familia olímpica”, que aunque son cedidos por un patrocinador, disminuirán de 5.000 a 4.000 para economizar en choferes y seguros.
Pero, pese a las turbulencias económicas que sacuden a Brasil, Andrada no se mostró preocupado con la baja demanda interna de boletos para los Juegos.
“Ya alcanzamos el 74% de los ingresos por entradas en el mundo entero y en Brasil ya pasó de la mitad. El ritmo es un poco más bajo de lo que esperábamos, pero es normal por la crisis”, aseguró el portavoz, inquieto sí con los Juegos Paralímpicos.
"Hasta ahora vendimos poco más de 300.000 entradas, una cantidad muy baja ya que tenemos que llegar a los tres millones", lamentó.
Un nuevo paquete de boletos serán vendidos jueves y viernes.
Metro al 83%
Las obras de ampliación del metro, de su lado, están acabadas en un 83% y 13 de los 16 km de extensión ya están listos, informó la constructora responsable del proyecto. La nueva línea -prevista para el 1 de julio, poco más de un mes antes de la ceremonia inaugural- es una extensión de otra que sale del centro de la ciudad y que llegará ahora hasta Barra de Tijuca (oeste), donde se ubican la villa y el parque olímpico.
El recorrido incluye paradas en los famosos barrios de Copacabana e Ipanema, en la rica y turística zona sur.
El metro estará integrado a un sistema de autobuses por carriles exclusivos que llegarán directamente a las instalaciones olímpicas. El transporte era una de las principales preocupaciones del COI.
El martes. en la imponente estación Nossa Senhora da Paz (Nuestra Señora de la Paz) en Ipanema, de tres plantas, los obreros instalaban paneles y escaleras mecánicas. Con la Línea 4 será posible llegar a Barra en 13 minutos desde este icónico barrio, un recorrido que con el pesado tránsito de la zona toma al menos una hora en auto.