En el Bicentenario, para ir a enfrentar a Unión por el primer cruce, Arias decidió volver a un esquema que tantos réditos le rindió en el Argentino B: lo pone al Colo Montiveros detrás de los volantes de contención, apenas un pasito adelante de los centrales.
Esta especie de “triple cinco” no aprobó en San Juan: fue derrota, el equipo jugó uno de los peores partidos y tuvo que ir a los penales, donde Alasia fue determinante.
Llegó el momento de ir a Comodoro Rivadavia para medirse con la CAI, por semifinales. Teniendo en cuenta lo mal que le había ido ante Unión, se inclina nuevamente por el Colo, pero esta vez para que se pare al lado de Garay y parar dos volantes de contención firmes. Oga y Pereyra se pararían más adelante junto a Farías.
Cambiaba las formas pero no el resultado: Gimnasia volvía a jugar feo y apenas pudo sostener el 0-1 en un segundo tiempo para el olvido, donde Alasia volvió a jugar para 10 puntos.
Ahora, para viajar al Mario Alberto Kempes, ¿qué se tendrá entremanos el entrenador? ¿Habrá descartado de plano las dos alternativas anteriores que no le fueron positivas? ¿Se animará a parar los mismo apellidos y el mismo esqueleto que propone en el Legrotaglie?
Cabe recordar que el 3-4-1-2 con idénticos intérpretes supo trastabillar también. Cada idea tiene sus beneficios y sus riesgos. La cabeza de Arias, por ahora, no para de armar equipos.