Un tribunal de Arabia Saudita condenó ayer a la pena capital a cinco personas por el crimen del periodista Jamal Khashoggi, quien fue asesinado por un equipo de agentes sauditas en el consulado del país árabe en Estambul a fines de 2018, un caso que puso a la monarquía en la mira de la comunidad y la prensa internacional.
"El tribunal ha emitido penas de muerte contra cinco hombres que participaron directamente en el asesinato", afirmó la fiscalía saudita en un comunicado que fue leído por la TV estatal del reino ultraconservador.
Otras tres personas fueron condenadas a penas de prisión por un total de 24 años por encubrimiento, agregó el comunicado.
Once personas fueron juzgadas por el asesinato del periodista de 59 años, pero sus identidades no han sido reveladas por el gobierno. Los fallos pueden ser apelados.
Unos pocos diplomáticos, entre ellos de Turquía, así como miembros de la familia de Khashoggi, fueron autorizados a asistir a las nueve audiencias del proceso, a las que no tuvieron acceso medios de prensa independientes.
Aunque el caso está mayormente cerrado en Arabia Saudita, la opinión pública internacional aún tiene grandes dudas -si no directamente fuertes sospechas- sobre la culpabilidad del príncipe heredero Mohamed bin Salman.
La experta en derechos humanos ,que investigó el crimen para la ONU, calificó ayer de “farsa” la sentencia del juicio en Arabia Saudita.
Khashoggi, quien era residente en Estados Unidos, ingresó al consulado de su país en la ciudad turca de Estambul el 2 de octubre de 2018 con motivo de una cita acordada de antemano para recoger documentación que le permitiera casarse con su novia turca.
Nunca salió del edificio y sus restos jamás fueron hallados.
Un equipo de 15 agentes sauditas, entre ellos un médico forense y funcionarios de inteligencia y seguridad y algunos colaboradores directos del príncipe heredero, viajaron en un vuelo a Turquía para encontrarse con Khashoggi ese día en el consulado, según una investigación de la ONU.
Su muerte provocó estupor entre los aliados occidentales del reino petrolero, sobre todo por las dudas acerca de si una operación de ese calibre podría haberse realizado sin conocimiento de Bin Salman.
Khashoggi huyó de Arabia Saudita a Estados Unidos en 2017 y desde entonces fue columnista del diario The Washington Post, donde escribió artículos críticos de la monarquía de su país.
Un informe de la ONU publicado en setiembre señaló que Bin Salman debería ser investigado porque hay "pruebas creíbles" de que él y otros altos cargos fueron responsables del asesinato.
El informe de 100 páginas fue publicado por Agnes Callamard, relatora especial de la ONU para ejecuciones extrajudiciales.