Las autoridades municipales de Luján han trabajado con la suficiente antelación. Han dado a conocer las medidas tendientes a evitar desmanes por parte de los chicos en la celebración del Día del Estudiante, para lo cual aplicarán una denominada “ley seca”, que provocará que no se puedan vender, transportar ni consumir bebidas alcohólicas en las localidades de Potrerillos, Uspallata, El Salto, Las Vegas, Blanco Encalada, Cacheuta y El Carrizal, que suelen ser los lugares priorizados por los jóvenes para concentrar las celebraciones.
Sin embargo, y como es sabido que ante las prohibiciones los chicos suelen buscar otros lugares de diversión, resultaría oportuno que las restantes comunas adoptaran medidas similares si llegan a advertir este tipo de situaciones en sus respectivas jurisdicciones.
La celebración del Día del Estudiante tiene características particulares. Los jóvenes suelen dar rienda suelta a su algarabía pero muchas veces no miden los riesgos o las consecuencias que se corren o los daños que se producen, tanto en las personas como en los bienes particulares.
Potrerillos, esencialmente, cuenta antecedentes preocupantes respecto de lo sucedido años atrás. Un día después de la festividad el paisaje era desolador. Casas y cabañas con serios daños en sus estructuras, jardines de las viviendas que fueron utilizados como baños, botellas de bebidas alcohólicas diseminadas por todas partes y hasta se produjeron denuncias sobre supuestos abusos sexuales.
En todos los casos hubo coincidencia en señalar, por parte de los propios habitantes de la villa, que el motivo principal de los desbordes radicó en el hecho de que los progenitores se desentendieron de la situación y hasta plantearon sus quejas cuando debieron concurrir a las delegaciones policiales o a los servicios de salud, como consecuencia de las peleas o los heridos que se produjeron.
Con acertado criterio y tal como ocurriera el año pasado con excelentes resultados, desde la comuna de Luján se han dado a conocer las medidas que se adoptarán en los días previos al 21 de setiembre y en esa fecha en particular, anticipando que la intención no es prohibir sino controlar la celebración, contando con el apoyo de los vecinos y de los propios comerciantes de las zonas posiblemente involucradas.
Destacaron los funcionarios que la denominada “ley seca” no sólo será aplicada sólo a los menores sino también a los mayores que, en muchos de los casos, se convierten en cómplices de los jóvenes sin medir los efectos que su actitud puede llegar a generar.
Se indicó que los controles serán estrictos y que las bebidas serán decomisadas, para lo cual se instalarán controles fijos y móviles (en este último caso con operativos sorpresa) a lo largo de la ruta, a lo que se sumará la presencia de efectivos de Gendarmería Nacional que se instalarán sobre la ruta internacional.
Las autoridades municipales han adoptado las medidas que tienen a su alcance para evitar circunstancias desagradables pero éstas perderán efectividad si no cuentan con la necesaria colaboración de los padres. Por su edad, por el momento y por el entusiasmo lógico de la festividad, no se puede achacar toda la responsabilidad a los chicos por los errores que puedan cometer.
Es una actitud que sí se debe exigir a los padres, quienes son los garantes de los destrozos que puedan llegar a cometer sus hijos. Bienvenida sea entonces la festividad, siempre que se realice en un marco de respeto a las normas de convivencia que reclama la sociedad en su conjunto.
