Ni a Macri ni a Fernández. Los empresarios locales consultados por Los Andes aseguraron que los necesitan a "todos", para dar una señal clara a los mercados y transitar el camino hacia octubre con cierta estabilidad. La prioridad es calmar al dólar, teniendo en cuenta que la devaluación del lunes afectó aún más las posibilidades de acceder al crédito y provocó la suspensión de pagos y de entregas de mercaderías.
Lo cierto es que el resultado de las PASO presidenciales generó una "sobrerreacción" del mercado: los tenedores de títulos de deuda argentinos salieron a venderlos y el Banco Central no alcanzó a renovar más del 30% de las Leliq. A su vez, la devaluación superó el 18% en el primer día y al cierre de este martes ya alcanzaba el 28%. Para contener el dólar, el Banco Central elevó las tasas (74,78% promedio para las Letras de Liquidez) y vendió dólares, pero aun así no alcanzó.
El dólar con precios variables (superó los $ 60 en ambas jornadas) y sin un aparente techo, es hoy una de las principales preocupaciones para los empresarios mendocinos. La situación afecta tanto a exportadores, como a los distribuidores locales, y más temprano que tarde repercutirá en los precios del mercado interno, por lo que piden "prudencia, racionalidad" y concretamente que el presidente Mauricio Macri se reúna con todas las fuerzas políticas, especialmente con Alberto Fernández (Frente de Todos) para dialogar sobre una posible transición.
El efecto por sectores
Para Daniel Ariosto de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM), la inestabilidad recae directamente en la suba de precios, falta de mercadería y suspensión de actividades, y afecta mayormente a las Pymes. "Esto se debe resolver al más alto nivel de la actual conducción y tendrá que intervenir una suerte de conciliación. Deberán juntarse aquellos que en esta primera etapa han sacado la mayor cantidad de votos y que pueden serenar a la comunidad", destacó el empresario.
En este contexto, como agrupación local, y asociados a la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), Ariosto señaló que le han pedido a los empresarios mantener la calma. "Yo creo que la actual conducción tiene que hablar con los Fernández, porque han arrasado en las urnas. La gente se ha expresado, no es la última palabra, pero se ha expresado y merece un país con tranquilidad y sin sobresaltos", agregó.
El titular de UCIM señaló que si bien para los empresarios es difícil ver que "no llegan mercaderías ni insumos básicos para seguir produciendo, tampoco será conveniente actuar de forma apresurada u obrar 'en caliente' en momentos de tanta inestabilidad".
Para el presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto, "de la inestabilidad política se sale con diálogo, pero si el arco político no tiene la sencillez y la capacidad de dialogar, el conflicto en el sector financiero se va a profundizar".
"Va a ser muy difícil acordar políticas de exportación o importación sin previsibilidad. El próximo gobernante (en el caso de que se trate de Alberto Fernández) ya debería estar tendiendo vínculos para sostener la apertura que el Gobierno ha hecho. Las controversias no favorecen a nadie", sumó Iannizzotto en relación al intercambio de críticas que se sucedieron entre el presidente de Brasil Jair Bolsonaro y el candidato del Frente de Todos.
En el sector metalúrgico, el vicepresidente de Asinmet, Rubén Caparotta, coincidió en que lo peor que se podría hacer en este momento sería "alimentar el pánico", considerando que ya hay demasiada incertidumbre.
"Si uno quiere sacar un préstamo en pesos, las tasas están por encima del 75% y también las de los créditos en dólares están en alza. Ante esto se nos exige ser más razonables y responsables para calmar las cosas", reflexionó.
Desde su posición sumó un pedido similar al de Ariosto para la clase política: "pensar en el país y ponerse a trabajar sin mezquindades". Según el representante de Asinmet, "es tarea de políticos y empresarios trabajar para que todo esto sea más amable para la gente, sin aumentar precios ni sumar incertidumbre por especulaciones".
En la misma línea, Gerardo Fernández de la Cámara de Empresas Constructoras Independientes de Mendoza (Cecim) advirtió que la inestabilidad comprometió algunos pagos -porque no había precio claro para efectuarlos- y dificultó la recepción de mercaderías e insumos básicos del sector. Ante esto, solicitó tener "mucha prudencia".
Asimismo, la Federación Económica de Mendoza (FEM) se expresó mediante un comunicado en el que solicitaron un tránsito ordenado en lo económico hasta las elecciones presidenciales.
"Las pymes argentinas venimos de momentos muy duros (20.000 pymes cerradas en últimos dos años). Hemos advertido en reiteradas oportunidades, tanto desde FEM como desde CAME, a autoridades provinciales y nacionales sobre la presión fiscal elevada, la falta de crédito, la inflación, la caída de consumo y los malos precios para la producción, entre otros puntos, sin haber obtenido respuestas concretas", indicaron.
FEM se puso a disposición de las autoridades gubernamentales para "generar estabilidad y un tránsito ordenado hacia los comicios". Además, solicitó al Gobierno crear expectativas favorables y a la oposición que "hoy recibe el apoyo de la sociedad para constituirse en una verdadera alternativa de gobierno", asumir la responsabilidad, "contribuyendo a la gobernabilidad".
El precio de los alimentos
Juan Pedro Carrillo, de la Asociación de Panaderos, explicó que quienes necesitan mercadería (materia prima) para trabajar la está recibiendo sin precio, con valor a designar. "Por lo general, los panaderos compran insumos cada 15 o 20 días. Muchos ya tenían stock al momento de la devaluación, pero si esta situación continúa, puede llegar a haber faltantes", señaló.
El empresario señaló que desde no se veía una situación similar "desde tiempos de Alfonsín, con la hiperinflación". Según explicó, "es la primera vez en esta era que los proveedores no entregan mercadería porque no saben el precio".
El principal insumo del sector es la harina. Como se trata de un commodity, su precio "cotiza en Chicago", en donde cerró este lunes a $ 9.200 la tonelada o $ 920 la bolsa.
Con el dólar a $ 60, el valor de la bolsa se iría a $ 1.100. "A ese precio tendríamos que ajustar los números y aumentar los productos", acotó Carrillo.
Para el empresario el futuro inmediato traerá "mayor devaluación y plazos más cortos de pago". Si bien consideró que la voluntad política podrá contribuir a una mayor estabilidad económica, opinó que la solución vendrá de la mano del financiamiento.
Las grandes cadenas de retail prefirieron mantener la calma y no trasladar a precios la devalución del peso. Sin embargo, desde una de las cadenas de supermercados con mayor presencia en Mendoza señalaron que todavía no han recibido listas con incrementos, pero esperan que en el transcurso de la semana se estén dando los primeros.