Jair Bolsonaro no deja de generar polémicas con sus declaraciones. Esta semana el mandatario brasilero dijo en un programa de televisión que no renovarán los contratos con las empresas que poseen la explotación de los radares de velocidad en la rutas nacionales. "Yo quiero que el pueblo brasileño tenga el placer de conducir", argumentó.
Para dejar en claro la decisión, durante la emisión del programa Bolsonaro afirmó que el ministro de Infraestructura, Tarcisio de Freitas, ha rechazado 8 mil pedidos de instalación de radares.
Las declaraciones se dieron en el marco de una polémica con la justicia de Brasil por la quita de los medidores de velocidad. Un juzgado civil de Brasilia determinó que el Gobierno Federal "se abstenga de retirar radares de las rutas" y solicitó estudios que fundamenten el fin de la instalación de nuevos dispositivos.
El representante del Partido Social Liberal justificó el retiro de los radares, alegando que hubo una baja en la cantidad de accidentes fatales: "en los feriados de Semana Santa, disminuyó un 11% el número de accidentes en ruta y el número de muertos".
Y agregó: "El radar instaló la idea de proteger la vida, pero es un tragamonedas. Cada año se recaudan millones en Brasil con esto, pero cuando usted le quita el dinero al pueblo, cuando se lo quita a un camionero, eso produce un aumento en las góndolas".
Menos muertes con radares
El sitio Uol de Brasil publicó el mes pasado un informe que demuestra que la ruta del estado de San Pablo más vigilada por radares registró 31% menos de muertes en accidentes de tránsito que una carretera con una cantidad cinco veces menor de medidores.
Infracciones familiares
En medio de la polémica el medio local Folha de Sao Paulo, detalló que la familia Bolsonaro acumuló al menos 44 multas por infracciones de tránsito en los últimos cinco años.
De las multas que Jair, su esposa Michelle y sus tres hijos cometieron, 24 corresponden a excesos de velocidad; cuatro de ellas cometidas por el actual presidente, que también registra una por haber conducido por un carril exclusivo de colectivos y otra por cruzar un semáforo en rojo.