Muchos se pasan por un tema estrictamente económico y para hacer rendir al máximo el dinero (incluso, hay casos en los que se trata de algo pasajero). Otros, en tanto, lo hacen por una cuestión de disfrute. Y también están aquellos que llegaron por la primera de las razones, pero luego se quedaron porque lo descubrieron y lo disfrutaron.
En épocas de crisis, no son pocos los fumadores que se pasan al equipo de los “armadores”, aquellos que -apremiados- optan por abandonar los cigarrillos industriales y recurrir a los armados. Desde los números, la diferencia al momento de despuntar el vicio se siente; ya que mientras que 50 cigarrillos industriales (los que vienen en paquetes de 20 o 10) cuestan alrededor de 150 pesos, armar la misma cantidad puede con suerte superar los 120 pesos.
Pero además, los fumadores que se pasaron a los armados y se quedaron también resaltan otros aspectos. “Además de convenir desde lo económico, tiene otras ventajas como el hecho de que si uno no da la pitada, se apaga solo. Mientras que los otros se consumen. Eso hace que rinda más y a la larga fumás menos. Y tampoco te queda tanto olor como con los otros”, sintetizó Agustín, quien hace unos meses se pasó a los armados.
Desde el punto de vista de la salud, los efectos y el riesgo son exactamente los mismos entre ambos tipos de cigarrillos. “El riesgo al que queda expuesto uno con el humo está en ambos casos, el riesgo de la sustancia que se quema -ya sea tabaco, marihuana u hojas que se queman-. Y todos sus componentes son cancerígenos o pre cancerígenos”, destacó el director del Observatorio de Salud Publica y Problemáticas de Consumo de la UNCuyo, Sergio Saracco. “Además, el hollín afecta los bronquios y es propenso a generar EPOC”, agregó el especialista.
Saracco también destacó que la presencia de la nicotina también está en los dos tipos. “Es un componente psicoactivo que aumenta la frecuencia cardíaca y genera hipertensión. Además, genera rápidamente dependencia y la necesidad imperiosa de consumir”, acotó.
Económico y confortable
Al igual que Agustín, Matías también pasó al grupo de los “armadores”. “La verdad es que sale más barato: 90 pesos la bolsa de tabaco, 15 pesos los 50 papeles y casi 50 pesos los 150 filtros. Para armar 50 cigarrillos estás gastando menos de 130 o 140 pesos. Además uno fuma menos cantidad, que también es la idea”, reflexionó el joven fumador, quien reconoció que se pasó hace 3 años, cuando vivía en Buenos Aires y mientras estuvo viajando. “Me duraban más y no tenía que estar comprando todo el tiempo”, agregó.
El “kit básico” para armadores de cigarrillos consta de una bolsa de tabaco (de entre 90 y 100 gramos), la bolsa de filtros (trae 150) y los papelitos (50 unidades).
“Quizás no es tanta la diferencia económica. Pero lo cierto es que 50 puchos armados te duran más y los fumás más lento que los 50 industriales, que los consumís de toque. Yo a los armados les doy 5 o 6 pitadas, y los dejo que se apaguen. Te rinden más, y armarlos es como una especie de ritual”, reflexionó Agustín.
Quienes comercializan los productos para hacer manualmente los cigarrillos no sólo se detienen en el aspecto económico, sino también en el disfrute y la calidad que encuentran sus consumidores.
“Generalmente se empieza a ver la tendencia por irse a los armados cuando empieza a apretar lo económico, es cierto. Pero también están los que se quedan. Te diría que casi 90% pasan a los armados por lo económico. Pero son pocos los que entienden y se quedan, porque lo disfrutan realmente. Los otros tarde o temprano vuelven al industrial, y hasta se acostumbran al precio más caro”, destacó el vendedor de tabaco y otros productos Juan Ignacio Caliri, quien tiene su local en el céntrico Pasaje San Martín.
Caliri además destacó que la mayoría de los fumadores de armados son jóvenes (rondan los 30 años). “Es otro fumar, mucho menos impulsivo y te fuerza un poco más si querés hacerlo. Vendría a ser como un paso intermedio entre los industriales y la pipa. Además, no tiene todos los componentes químicos que tienen los cigarrillos tradicionales, es algo que ya en el aroma se siente. Cada uno arma los cigarrillos como gusta, pero por lo general el ahorro termina siendo que uno fuma menos”, acotó.
Precios de un kit para armar (promedio)
Bolsa filtros (150 unidades): desde $ 40
Bolsa de tabaco (rinde según cada fumador y el tamaño, largo, presión de los cigarrillos): entre $ 60 y $ 160 (la tradicional es de 90 gramos).
Papelitos (por 50 unidades): entre $ 15 y $ 20