Para Argentina, peor es nada

La Selección nacional terminó festejando los resultados de los otros partidos. Ahora dependerá de sí misma.

Para Argentina,  peor es nada

Por más ganas que hubiera de saludar con buena fe y entusiasmo el bautismo oficial de Jorge Sampaoli con la Selección Nacional, no hay manera de disimular que se jugó casi tan mal como en los tiempos de Edgardo Bauza y que el empate de 0 a 0 cobra un valor adicional sólo porque Colombia no ganó en San Cristóbal ni Chile en Santiago.

Sumada la cantada e indispensable victoria de Brasil a expensas de Ecuador, bien puede colegirse que la única noticia antipática de la jornada de Eliminatorias desarrollada el jueves la que se consumó en Lima, donde Perú dio cuenta de Bolivia y conservó un sexto lugar que sostiene sus chances de llegar al menos al repechaje.

Y en zona de repechaje, por cierto, continúa la Selección Argentina después de recibir una bofetada por parte del TAS, llegar a Montevideo urgido de los tres puntos, de un golpe de escena decisivo, para al cabo contentarse con un lánguido empate que más bien pareció emanado de lo que había sucedido en Chile.

En tierras trasandinas Paraguay había conquistado un fantástico triunfo de 3 a 0 y si bien eso alimentaba las esperanzas de los propios guaraníes tampoco dejaba de transmitir alivio a los dos equipos que en el Centenario debían sacarse chispas. Y la verdad es que no, que no sacaron chispas ni en el juego ni en la suela al límite (salvo un par de situaciones del segundo tiempo), que no abundaron las situaciones de gol, que ninguno jugó de acuerdo con sus posibilidades ni lamentó el empate más de la cuenta.

Fue un clásico rioplatense mal jugado y aburrido, con un cierto predominio uruguayo en la primera etapa y un dominio igual de claro que de inoperante de Argentina en el último tramo.

¿En qué se distinguió la nueva Selección de la de las últimas imágenes del naufragio de la era del Patón Bauza? Pues en algunas caras nuevas y en la acumulación de futbolistas que hacían suponer una postura más agresiva, más protagónica, más ofensiva, pongamos.

Pero una cosa son los nombres y otra cosa son los hombres puestos a hacer lo que se supone deben hacer: Mauro Icardi no tocó la pelota, Paulo Dybala fue un canto a la tibieza, Angel Di María persistió en sus viejos hábitos de Correcaminos y quedó Lionel Messi, cuando no, para volver a recordar que nunca es tan terrenal como cuando se pone la camiseta albiceleste y a la vez nunca es tan indispensable para dotar de algo de color al guiso.

Como las contribuciones en dosis homeopáticas que entregó Messi fueron insuficientes, el 0-0 descafeinado y aguachento puede ser embellecido sólo acompañado por tres factores: 1. El pánico que generaba perder en Montevideo; 2. El empate de Colombia y la derrota de Chile; 3. Que el martes llegará Venezuela y por añadidura la espléndida oportunidad de sumar tres porotos.

Entretanto, hay lo que hay: Argentina parece haberse olvidado de lo que es ganar fuera de casa en las Eliminatorias, carece de un norte definido, sus cracks hacen goles de todos los colores pura y exclusivamente en sus equipos y hasta nuevo aviso se comparte un cuarto puesto que por la regla de la diferencia de gol en realidad es un quinto puesto, léase repechaje.

Brasil hace rato que está en otra cosa y luego se escalonan siete postulantes separados por cinco puntos: Colombia 25, Uruguay 24, Chile y Argentina 23, Perú y Paraguay 21, y Ecuador 20.

El martes 5 de setiembre, fecha funesta para el fútbol argentino (un 5 de setiembre Colombia estampó su 5-0 en el Monumental), se jugarán cinco partidos de los cuales su totalidad gravitarán en la tabla y en el sube y baja de los aspirantes al Mundial de Rusia.

Otamendi entrenó diferenciado

Nicolás Otamendi, una pieza clave en el seleccionado realizó tareas diferenciadas por precaución, mientras se repone del fuerte golpe que recibió en la pierna derecha departe de Luis Suárez.

Otamendi recibió una violenta falta de Suárez y continuó en la cancha hasta el final del partido, en el estreno oficial de Jorge Sampaoli.

Por otra parte, los jugadores que fueron suplentes en Montevideo  se enfrentaron al equipo de juveniles que oficia de sparring del seleccionado.

En ese fútbol táctico Sampaoli dispuso un equipo con Gerónimo Rulli; Javier Mascherano, Nicolás Pareja y Javier Pínola; Emiliano Rigoni, Augusto Fernández, Ever Banega y Lautaro Acosta; Javier Pastore, Dario Benedetto y Sergio Agüero. Luego ingresaron Fabricio Bustos, Leandro Paredes y Joaquín Correa.

Si bien todavía es prematuro hablar de un equipo para recibir el martes a las 20.30 a Venezuela, Mascherano ocupó el lugar del suspendido Mercado. Además Sampaoli dispondrá el ingreso de Banega por Pizarro para tener un "5" con mejor pase entre líneas y no desgastar tanto a Messi. 
Igualmente el seleccionado se volverá a entrenar a puertas abiertas en horario matutino.

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