En sus 17 temporadas en la NBA, el veterano Ray Allen marcó grandes canastas para los cuatro equipos en los que militó, pero ninguno como el conseguido la noche del martes, “el más grande” de su vida, para salvar la temporada del Miami Heat, cuando los Spurs llevaban ventaja de tres puntos en la pizarra y estaban a segundos de ganar su quinto título, el base local encestó un triple desde un costado para mandar el partido a un tiempo extra, que permitió al Heat ganar 103-100 y forzar el 7º juego.
“Será un tiro que recordaré por mucho tiempo. Probablemente el más grande de mi vida. Hay una gran cantidad de disparos que hice en mi carrera, pero éste va a estar en lo más alto de la lista, debido a la situación”, agregó.
Allen, de 37 años, fichó por Miami esta temporada, luego de jugar cinco campañas y ganar un anillo con Boston Celtics. Su inclusión en la nómina le dio al campeón defensor una profundidad en la ofensiva de largo alcance. Luego de un tiro fallido de LeBron James, Chris Bosh reboteó con oportunidad para pasar a Allen, quien dio dos pasos atrás para buscar la línea de triples y, elevándose en suspensión, marcó el enceste clave del partido.
Allen es el encestador de triples más prolífico en la historia de la NBA, con 2.612 canastas en su carrera. En esta serie vio como Danny Green le rompía el domingo su récord de 22 triples en una final de la NBA, al llegar a 25, pero eso no hizo mella en el veterano del Heat. “Los récords son para romperse. Lo importante es hacer el tiro cuando el equipo más lo necesita”.
“Es una serie inusual. No hubo un gran dominio de un juego a otro para cualquiera de los dos equipos. Ahora estamos en una situación en la que tenemos que jugar bien ofensiva y defensivamente debido a que San Antonio un rival de ejecución, el equipo de mejor ejecución que hemos visto hasta el momento. Ahora es cuando hay que colgar el sombrero para ganar el Juego 7”, aseguró.