En el primer Consistorio de su pontificado, Francisco proclamó ayer 19 cardenales, entre ellos a su sucesor en Buenos Aires, Mario Aurelio Poli, de 65 años. Fue una ceremonia muy sugestiva e importante porque asistió el Papa emérito Benedicto XVI, que por primera vez se hizo presente en una liturgia desde que renunció en febrero pasado, en la primera dimisión de un pontífice en 600 años.
"La Iglesia necesita vuestro coraje para anunciar el Evangelio en cada ocasión oportuna y no oportuna, y para dar testimonio de la verdad", dijo Jorge Bergoglio. Francisco puso el anillo y entregó el capelo a Poli, abrazándolo con afecto. También abrazó antes a Ratzinger. El gesto de Benedicto representa un apoyo a Francisco y hace más probable que esté presente el 27 de abril en la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II.
Francisco advirtió que la Iglesia no debe "pensar en modo mundano" porque la consecuencia es que "prevalezca la mentalidad del mundo, las envidias y las facciones". El Papa pidió a los cardenales "dejarse convocar por Jesús, escucharlo, para ser siempre más un solo corazón y una sola ánima".
De los 19 cardenales, 16 son electores menores de 80 años de edad y participarán en un eventual Cónclave para elegir al sucesor de Bergoglio. En la basílica estaban 18 purpurados. El legendario secretario de Juan XXIII, monseñor Loris Capovilla, no asistió por su edad avanzada de 98 años. Francisco leyó la fórmula de creación y el anillo y el capelo le serán entregados el 1 de marzo en su domicilio.
Entre los nuevos cardenales están Pietro Parolin, el nuevo secretario de Estado; el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de Obispos; el guardián de la ortodoxia, Gerhard Ludwig Mueller; y el cardenal Beniamino Stella, prefecto de la Congregación para el clero. Asistió la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en homenaje al nuevo cardenal de Río de Janeiro, Orani João Tempesta.
Por Argentina se encontraban el secretario de Culto, Guillermo Olivieri, y el embajador ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero. Además de Poli y Orani Tempesta, los otros nuevos cardenales latinoamericanos son Leopoldo José Brenes de Managua, Ricardo Ezzati de Santiago de Chile y el obispo de Les Cayes, Haití, Chibly Langlois.
Con la creación de 19 purpurados de 15 países, el Sacro Colegio llega a 218 miembros, de los cuales 122 son electores. Aunque los europeos siguen siendo mayoría comienza a verificarse la voluntad del Papa de correr hacia el Tercer Mundo, donde está la mayoría de los 1.200 millones de católicos, el centro de gravedad de la Iglesia. América Latina cuenta con 19 purpurados electores, entre ellos cinco de Brasil, dos de México y otros tantos de Argentina (además de Poli, el cardenal Leonardo Sandri, uno de los "ministros" de la Curia Romana). África y Asia cuentan con 13 purpurados en cada continente y Oceanía con uno solo.