El Papa se despidió ante una multitud

Benedicto XVI aseguró estar “consciente de la gravedad y la novedad de su renuncia” que hará efectiva esta tarde. Dijo que vivió “días agitados” y animó a los miles de peregrinos en la Plaza de San Pedro a confiar en una Iglesia “viva” que Dios “no dejará

El Papa se despidió ante una multitud
El Papa se despidió ante una multitud

Benedicto XVI confesó ayer que en sus ocho años de papado vivió días agitados pero, en su último mensaje como Pontífice, animó a los miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro a confiar en una Iglesia “viva” que Dios “no dejará hundirse”.

El Papa escogió para este día histórico mencionar los Evangelios y aseguró que era “consciente de la gravedad y de la novedad” de su renuncia, la primera de un pontífice en siete siglos, que se hará efectiva hoy a las ocho de la noche (16 de Argentina).

“El Señor nos ha dado muchos días de sol y ligera brisa, días en los que la pesca fue abundante pero también momentos en los que las aguas estuvieron muy agitadas y el viento contrario, como en toda la historia de la Iglesia (cuando) el Señor parecía dormir”, afirmó al mencionar indirectamente las controversias y escándalos que marcaron su breve pontificado.

Benedicto XVI, de 85 años, dijo que se ha sentido como San Pedro con los apóstoles en la barca en el lago de Galilea.

“Siempre he sabido que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra sino Suya, y no la dejará hundirse”, afirmó en su mensaje final.

Bajo un sol resplandeciente y en medio de fuertes medidas de seguridad, grupos de peregrinos ovacionaron al Papa alemán cantando y clamando en su honor: “¡Benedicto!, ¡Benedicto!”.

“Estoy contento porque ésa ha sido la voluntad del Señor”, comentó el cardenal ecuatoriano Raúl Eduardo Vela Quiroga, entre los numerosos purpurados que asistieron a la despedida.

“Un Papa no está solo en la barca de Pedro y por esto quiero dar las gracias a todos los que me han acompañado. Nunca me he sentido solo”, dijo Benedicto XVI desde la tarima central de la explanada, con rostro sereno y en ocasiones sonriente.

Durante esta inédita despedida papal transmitida en directo por televisión, el jefe de la Iglesia Católica explicó que “no abandona la cruz”, una respuesta al desconcierto y a las críticas que ha suscitado su gesto entre algunos católicos.

“He dado este paso consciente de la gravedad y de su novedad. Amar a la Iglesia significa también tomar decisiones difíciles”, recalcó el Pontífice, al dirigirse a la multitud: “Hoy vemos cómo la Iglesia está viva, en un momento en que muchos hablan de su declive”.

Benedicto XVI aprovechó para agradecer a los miembros de la Curia Romana, salpicados en los últimos tiempos por denuncias de corrupción.

"No vuelvo a la vida privada"

“El Papa pertenece a todos y quiero dar las gracias a los que en estos días me han mandado mensajes”, aseguró.

A los católicos de todo el mundo advirtió que renuncia en adelante a viajes, conferencias y recepciones: “No vuelvo a la vida privada”, indicó.

La renuncia del Papa marca un precedente en la historia de la Iglesia católica moderna y al mismo tiempo obliga a su sucesor a encarar los retos de la milenaria institución para generar un impulso modernizador y pesar en el mundo globalizado, como representante de 1.200 millones de católicos.

En La Habana

En la catedral de La Habana, el nuncio apostólico en Cuba ofició una misa de acción de gracias para el Papa mientras que en Portugal un grupo de católicos confeccionó 400.000 carteles con su efigie y pidió a los creyentes que los expongan en sus ventanas para darle gracias al Pontífice.

“Quisiera que cada uno de vosotros sintiera la alegría de ser cristiano, de ser amado por Dios, que ha sacrificado a su Hijo por nosotros”, escribió al término de la audiencia en el que podría ser su último tuit.

Esta tarde, Joseph Ratzinger, su nombre civil, que tras su renuncia tendrá el título de “Papa Emérito”, saldrá del Vaticano en helicóptero hacia Castelgandolfo, 35 kilómetros al sur de Roma, la residencia de verano de los Papas donde vivirá dos meses antes de instalarse en un monasterio dentro del Vaticano.

Un día después empezarán las llamadas “congregaciones”, es decir las reuniones previas al cónclave en las que los cardenales empiezan a definir el perfil del nuevo Papa. Según la prensa italiana, el cónclave podría empezar el 10 o el 11 de marzo mientras que el cardenal peruano Juan Luis Cipriani, uno de los 116 electores del cónclave, aseguró que “habrá nuevo Papa antes de Semana Santa”.

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