“Loro” (“Ellos”, en italiano) llevará por título la película sobre la vida del multimillonario político italiano Silvio Berlusconi, que el director Paolo Sorrentino comenzó a rodar el martes en Roma y que estará protagonizada por su actor fetiche, Toni Servillo, quien también protagonizó “La gran belleza”, la película ganadora del Oscar al mejor film extranjero en 2013, y otros tres títulos del director.
Servillo interpretará por segunda vez a un primer ministro italiano después de “El divo” (2008), la película de Sorrentino en la que encarnaba a Giulio Andreotti, entonces uno de los políticos más conocidos y astutos de la península europea.
Sorrentino inició esta semana el rodaje de algunas escenas en la monumental zona del Foro Imperial y el Coliseo, durante las horas de la noche, generando curiosidad entre los turistas, que inclusive solicitaban a los actores y extras que posaran para tomarse selfies.
Para ilustrar la vida de Berlusconi, una de las figuras más controvertidas y a la vez carismáticas de Italia, protagonista de innumerables escándalos sexuales, judiciales y políticos, el cineasta se entrevistó con el magnate de las comunicaciones y exprimer ministro, así como con su exesposa, Veronica Lario, según reveló recientemente a la prensa.
Durante las tomas nocturnas en el Coliseo, realizadas en gran silencio y bajo estrictas medidas de seguridad y numeroso personal técnico, se pudo entrever al actor italiano Riccardo Scamarcio, en corbata y traje completo, perseguido por una corte de mujeres hermosas, algunas con vestidos muy cortos y ajustados.
Para muchos se trataba de una clara referencia a las fiestas, cenas y veladas picantes que el entonces jefe de gobierno organizaba en sus mansiones.
El actor interpreta en el film a Gianpaolo Tarantino, el empresario que en la vida real le procuraba chicas al magnate para sus festines eróticos, mejor conocidos como “bunga bunga”, que le costaron varios juicios por la presencia de menores de edad, sobre todo la adolescente marroquí llamada Ruby Corazones, fugada de un centro de menores a los 16 años y contratada para las tórridas fiestas sexuales organizadas por el entonces primer ministro.
Producido por Indigo y distribuido por Universal Pictures Italy, el film es una suerte de alegoría del poder, de cómo encanta y también engaña, según dejó a entender el mismo realizador.
“Soy italiano y quiero hacer un film sobre italianos. Berlusconi es un arquetipo de la ‘italianità’ y, a través de él, puedes contar cómo son los italianos”, adelantó Sorrentino.