Un hombre atacó ayer por la tarde con un martillo a un policía antes de ser herido por disparos frente a la catedral de Notre Dame de París, en un contexto de amenaza terrorista alta tres días después de un ataque en Londres.
El hombre se acercó por detrás a una patrulla de policía y golpeó a uno de los tres agentes. Otro de los policías abrió fuego e hirió al atacante, que fue trasladado al hospital. El policía herido no se encuentra grave.
El atacante había gritado "es por Siria", indicó el ministro del Interior francés, Gérard Collomb.
Según una fuente cercana a la investigación, el hombre dijo ser un soldado del califato del grupo Estado Islámico.
Además de un martillo, con el que hirió levemente en el cuello a un agente, el atacante llevaba cuchillos de cocina y un carnet que lo identifica como un estudiante argelino, pero que aún debe ser identificado, señaló Colomb.
La fiscalía antiterrorista abrió una investigación. Además, una quincena de miembros de la unidad de élite de la policía, con pasamontañas y fuertemente armados, llevaba a cabo un registro anoche en una residencia estudiantil de Cergy, cerca de París, donde el asaltante alquilaba un estudio, constató una periodista.
El ataque se produjo hacia las 11.20 hora argentina frente a la emblemática catedral ubicada en pleno centro de París. Un agente abrió fuego contra el agresor después de que atacara a uno de sus colegas con un martillo, según una fuente policial.
“Escuché a un hombre gritar muy fuerte, y después la gente comenzó a correr. La gente entró en pánico. Escuché dos disparos y vi a un hombre yaciendo en el suelo, con mucha sangre”, contó Philippe, un testigo.
Las calles aledañas a la catedral de Notre Dame, uno de los lugares más turísticos de la capital francesa, se encontraban acordonadas.
Policías con chalecos antibalas salían de la prefectura de policía, que se encuentra frente a la catedral, constató un periodista. La policía pidió a la población evitar el sector, pero poco antes de las 14.30 argentina las autoridades indicaron que la situación estaba bajo control.
La catedral de Notre Dame es uno de los lugares más visitados en Europa, con 13 millones de visitantes por año.
Esta agresión se produce tres días después de un ataque en Londres en el que siete personas murieron y 48 resultaron heridas por tres hombres que embistieron a la multitud con un vehículo antes de apuñalar a transeúntes.
El ataque de Londres fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Unos días antes, el 22 de mayo, un ataque con bomba dejó 22 muertos y más de 100 heridos durante un concierto en Mánchester, también en Reino Unido.
Francia se encuentra en estado de alerta máxima tras una ola de atentados yihadistas que ha dejado 239 muertos desde el 7 de enero de 2015, cuando 11 personas murieron en un asalto a la sede del seminario satírico Charlie Hebdo.
El 13 de noviembre de ese año, un comando yihadista que juró lealtad al grupo EI mató a 130 personas en varios ataques en la capital francesa.
El grupo Estado Islámico amenaza continuamente a Francia por su participación en la coalición militar internacional antiyihadista en Siria e Irak.
Controlan de armas a los turistas en la Catedral
Mirando hacia el altar, cientos de turistas, confinados en la catedral de Notre Dame de París, levantan los brazos en una sobrecogedora imagen, poco después de que un yihadista agrediera a un policía delante del emblemático monumento. El sol de la tarde sigue filtrándose por las vidrieras y la nave está llena de brazos al aire, mientras que los turistas se prestan, en calma, al control de los policías, para mostrar que no tienen nada en las manos y que no representan ninguna amenaza.
“La gente estaba tranquila. Oíamos una voz que nos decía, en francés, en inglés y en español que no cundiera el pánico”, declaró Nick, un estadounidense de 42 años que está pasando cinco días en París junto a su pareja.
A la salida, su compañera se le echa en brazos, todavía conmocionada. “Tengo miedo”, repite ella. “La policía ha hecho un buen trabajo”, la tranquiliza él.
Hacia las 16.20 (11.20 argentina), ambos estaban en la fila de espera, en el exterior, cuando un hombre se precipitó hacia un policía con un martillo en la mano, afirmando ser "un soldado del califato" autoproclamado en junio 2014 por la organización yihadista Estado Islámico (EI), en Siria e Irak.