Fue un lunes negro para los activos argentinos. El resultado electoral arrojó un resultado que no había sido previsto por los inversores. Por eso se explica el escenario de pánico.
Frente a los resultados, los inversores extranjeros reaccionaron en las primeras horas del día desprendiéndose de activos argentinos a cualquier precio y esto provocó una carrera que generó pérdidas de hasta un 50% de su valor en un día. Mientras muchos vendían, otros compraban y serán estos lo que buscarán ganar subiendo los precios en los próximos días.
El mercado que mostró una característica de estos movimientos fue el del dólar. Se sabe que es el refugio que suelen buscar los argentinos en caso de crisis y esto se vio reflejado de la baja de renovaciones de Leliq, que se volcaron a dólares, a pesar de que el BCRA aumentó la tasa casi 10 puntos, a 75%.
La divisa norteamericana repitió lo que el mercado denomina un overshooting, o sea una sobrerreacción. No obstante, los valores fueron tan poco aceptados que el mercado parecía en un feriado cambiario. Ante los precios pedidos no había compras y dado que se fijó un “spread” entre compra y venta tan grande, casi nadie vendía.
Habrá que esperar los próximos días para ver cómo se depura el mercado y que pase la resaca de un lunes para el olvido para ver la forma en que se encarrilan las expectativas políticas. Si bien se esperan decisiones del gobierno, también se buscan definiciones del opositor triunfante.