Esta técnica japonesa permite dar textura y dimensión a las paredes sin tener que invertir mucho tiempo y dinero. Se basa en el arte de la papiroflexia: plegar papeles creando formas y figuras. Este método se ha aplicado a la producción industrial y al mundo de la decoración.
Los paneles origami están a medio camino entre el empapelado y los cerámicos de tres dimensiones. Está formado por el empalme de piezas de unidades simples. Cada módulo está creado por planchas colocadas de menor a mayor tamaño, lo que provoca un efecto de relieve conjunto.
Los paneles origami son compatibles con cualquier tendencia y estilo decorativo. La posibilidad de poder crear diferentes formas, permite que podamos darle a nuestra pared la personalidad que más se ajuste a nuestros gustos. Muchos diseñadores y grandes firmas se han rendido al encanto y la delicadeza del origami.
Este ejemplo está formado por módulos que han sido fabricados con una sustancia llamada bazago, creada a partir de residuos de tallos con cañas de azúcar. Estos paneles son 100% biodegradables. Podés aplicar un panel que ocupe toda la pared o tan solo una parte para adornar y dar forma al muro.
Su grosor hace que no sea necesario que la pared donde van a colocarse los paneles esté totalmente libre de impurezas, es más, puede tener pequeñas imperfecciones porque estas serán tapadas por el papel.
Colocar el panel no es muy complicado, sobre todo, si disponemos de un adhesivo de montaje. Aún así lo más recomendable es recurrir a un profesional. Asegurate de que el papel del panel sea impermeable e ignífugo.
El arte japonés no solo sirve como inspiración a la hora de diseñar muebles también podemos aplicarlo a las paredes.