PAMI: defender la institución pero mejorando el servicio

Desatención y dificultades en la obtención de los servicios del PAMI conforman los ejes de protesta de muchos afiliados a la obra social nacional. Las autoridades, sin embargo, insisten con que hay mejoras y que éstas se irán acentuando.

PAMI: defender la institución  pero mejorando el servicio

La muerte de una jubilada mendocina mientras esperaba ser atendida en la sede central de PAMI, hace 2 semanas, adquirió relevancia nacional y puso en evidencia la desatención y el maltrato que, en ocasiones, sufren millones de jubilados en el país.

Ese deceso, a media mañana y en medio de mucha gente, causó tensión y dolor, y generó que se hablara en extenso sobre el trato hacia la gente de la tercera edad por parte de la obra social. Las entidades que agrupan a jubilados se expresaron y los beneficiarios hicieron conocer experiencias de maltrato diario, recibido por parte de la institución a través del personal.

El organismo, por conducto de su director médico, dio las explicaciones del caso, afirmando que las prestaciones han ido aumentando en calidad. El interventor prometió una investigación sobre lo sucedido y dar a conocer la respuesta de la organización ante el episodio, instancia que todavía no se ha producido.

El deceso del ama de casa ocurrió mientras esperaba información sobre un cambio de efector médico, tras el cierre de la clínica que la atendía. Una primera observación que se puede desprender es que tal vez su requerimiento se hubiera podido satisfacer con más rapidez, evitando de esa forma que concurriera durante 4 días a buscar el informe. En una de esas esperas sufrió la descompensación que la llevó a la muerte.

Luego del penoso suceso se observó un mejoramiento en la atención de los afiliados, traducido en una mayor dotación de empleados en los 14 boxes de recepción de trámites, mientras otros agentes tomaban contacto con quienes aguardaban a ser llamados en sus asientos.

Frente a las severas críticas de algunos usuarios, también están los que, aún reconociendo falencias en la institución, creen que ésta debe ser preservada y cuidada por todos, poniendo en relieve que no existe en otros países una organización de características similares que brinde respuestas a los requerimientos de salud de unos 4,5 millones de personas mayores, de las cuales 208 mil se encuentran en Mendoza.

“Las autoridades son transitorias, por lo que hay que mantener el PAMI y no contribuir a su colapso”, decía un médico de Godoy Cruz ya retirado, en las jornadas de tirantez que se vivieron a principio de mes.

De todos modos, miles de afiliados locales tienen la lógica expectativa de que los recursos de seguridad social se mantengan en términos reales y que los servicios se ofrezcan con una aceptable calidad. Por otra parte, no pocos jubilados temen que se suspendan prestaciones en algunos sanatorios y, de esa manera, exponerse a quedar sin cobertura, como transitoriamente ocurrió con una clínica de la ciudad de Mendoza.

En el ámbito local, como factor favorable, se puede mencionar la apertura de otras bocas de atención en Capital y el Gran Mendoza, pero sigue siendo deficitaria la disponibilidad de infraestructura edilicia en la sede de calle Córdoba.

Este edificio iba a ser reparado o cambiado por otro más operativo pero, al fracasar la licitación de compra de una construcción moderna y conveniente, empleados y afiliados cohabitan en un inmueble que hace tiempo quedó desactualizado, en camino de ser obsoleto.

Por último, es necesario afirmar que la intervención de la entidad desde hace 7 años se ha prolongado demasiado y será tarea para el próximo gobierno central proceder a su normalización.

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