Quizás parecerá extraño este nuevo concepto que he creado a partir de la etimología y la historia del concepto de paternidad. Del latín "paternitas" se refiere al origen, descendencia, al padre de familia que es el jefe, el sustento del grupo familiar. Sin entrar a discutir el problema de género, lo cierto es que hoy las situaciones y la composición de las familias han cambiado.
Desde el punto de vista jurídico, se utiliza el término paternidad (que se supone incluye tácitamente el de maternidad) para referirse a un vínculo no sólo biológico, sino social. Sujeto de derechos y obligaciones, contemplados en el derecho positivo y en el orden moral y ético.
En esta modernidad líquida hablamos del tercer padre: la televisión, Pero la familia tecnológica se agranda día a día con celulares, computadoras y tablets las cuales tienen una influencia poderosa en las conductas de los hijos.
Hace años leí un tema muy fuerte en un libro de Mónica Sperr, titulado "Los padres domados", que traducía una buena parte de la realidad que viven numerosas familias, en las cuales, los niños y no tan niños, se las ingenian para dominar a sus padres y conseguir sus objetivos.
Hablemos ahora de la preocupante realidad actual: el consumo de alcohol desde temprana edad, las salidas nocturnas que empiezan con la "previa" y terminan en boliches en la madrugada. Algunos padres sacrifican su sueño para ir a buscarlos; otros, directamente contratan vehículos y qué decir de las anécdotas terribles que cuentan choferes que transportan adolescentes alcoholizados o drogados y, en algunos casos, violados.
Los distintos medios informan sobre niños que cruzan calles solos y a veces son atropellados; niños que se ahogan en canales de riego. ¡Cuántos niñas o niños llegan a la guardia del Hospital Humberto J. Notti, golpeados, quemados o violados por sus propios "padres" o algún depravado familiar o amigo! El panorama es devastador.
Entonces, nos preguntamos: ¿Dónde están los padres?
Los padres de la generación X, entre 35 y 50 años, también pierden el sentido de "pamaternidad" responsable, quieren detener el tiempo y compiten con sus hijos en la forma de vestir, de tatuarse, en el aumento de cirugías para conservar la ilusión de juventud y, por supuesto, como se convierten en "amigos" pierden la autoridad de padres y casi siempre delegan responsabilidades, buscando argumentos para justificar sus actitudes.
La generación X también se ha denominado generación perdida, generación de la apatía o generación Peter Pan. Esta generación se vio afectada por el consumismo de los años 1980 y principios de los '90. Padres que entraron en desconcierto entre lo que era correcto y lo que debían hacer y, aunque aceptaron condiciones o nuevos roles de forma voluntaria, aún no saben cómo llevarlas a cabo y desconocen, en general, cómo ser buenos padres.
La "pamaternidad" responsable a la que me refiero, es la que cumple, no sólo con los deberes y obligaciones que indican las leyes, sino la que es capaz de generar con sus hijos un ámbito de encuentro, de comprensión, de diálogo, de respeto mutuo. Conoce sus limitaciones, pero también comparte horizontes de posibilidades. Tiene autoridad y sabe poner límites: enseña valores con el ejemplo.