Diciembre de 2015 es la fecha elegida por la gran bailarina Paloma Herrero para retirarse de la danza. Figura del American Ballet Theatre y dueña de una trayectoria impecable -que comenzó cuando era apenas una niña- asegura no preocuparse por lo que vendrá después.
De visita en Buenos Aires, donde participó de dos funciones de gala en el Teatro Colón este fin de semana, ofreció una conferencia de prensa en la que explicó el por qué de su inesperada decisión.
Sencilla y perspicaz, también habló de otros temas, como la maternidad, las redes sociales y el completo desinterés por bailar en el programa de Tinelli, donde algunos de sus colegas han probado suerte.
-¿Cómo reaccionaron en el American Ballet cuando les contaste sobre tu decisión?
-Yo tengo muy buena relación con ellos y me conocen muy bien, siempre supieron cuál es mi forma de pensar y cómo encaré mi carrera a lo largo del tiempo y siempre lo respetaron. Con esta decisión fue lo mismo, reaccionaron bien y respetaron lo que decidí.
-¿Vivís esto como un duelo?
-Pensé que iba a ser la decisión más difícil de mi vida pero tiene algo más alegre que de duelo, porque a partir de haber decidido dejar la carrera en una fecha precisa estuve participando de distintas obras a modo de despedida y lo disfruté un montón, hacer la última función de algo que ya habías hecho es muy emocionante y muy fuerte.
Pero al mismo tiempo yo siempre dije que mis funciones son siempre importantes, de la primera a la última. Y es por eso que no quiero que la gente me recuerde por la última función, porque mi carrera está compuesta por mucho más que mi última función y a cada una le dediqué la misma pasión y el mismo compromiso, fuera en un teatro importante o en un pequeño lugar de alguna provincia de Estados Unidos ante poco público.
-¿Qué sentís cada vez que venís a Argentina?
Por suerte vengo muy seguido, adoro mi país. Y cada vez que vengo a bailar son experiencias maravillosas. Estoy muy agradecida con el público que me sigue siempre, cada vez que vengo me siento muy querida.
-¿Cómo imaginás el futuro?
-Yo vivo el día a día. Mi vida pasa viviendo a full cada segundo y me ha funcionado, es mi forma y me hace feliz. Estoy totalmente focalizada en disfrutar hasta el último día que será en diciembre de 2015 y después probablemente siga dando clases, cosa que vengo haciendo hace tiempo y me gusta mucho, y además me ha servido un montón como bailarina porque he aprendido enseñando.
-¿Ya se animaron Eleonora Cassano, Hernán Piquín y Maximiliano Guerra a bailar con Tinelli? ¿Vos lo harías? ¿Los viste a ellos bailando ahí?
-Yo no lo haría, y la verdad es que no tengo la menor idea de cómo es ese programa porque no miro televisión. Sé que Tinelli tiene un programa en el que se baila, obviamente, pero nunca lo vi, no forma parte de las cosas que me interesan.
Soy muy poco amiga de la pantalla: tengo cero onda con las redes sociales, no tengo Facebook, ni Twitter ni nada. Cuando vengo a Argentina no miro tele, sí veo a mi familia, a mis amigos, tomo clases, me encanta estar con la gente que quiero. Me gusta ir al teatro, al cine y charlar face to face. Me gusta el contacto real con la gente.
-¿Te preocupa el paso del tiempo?
-Siempre tuve cero problemas con eso. Tengo 38 años y nunca oculté la edad. Creo que el tema del tiempo es como uno lo lleva. Si uno está bien, irradia algo positivo independientemente de la edad. No creo que los arreglos exteriores hagan magia en ese sentido.
La luz interior que uno tiene adentro no depende de los años. Yo me siento bien, a veces siento que tengo 15 todavía, pero sé que no, y por eso me retiro, pero no vivo esclava de la idea de no envejecer, nunca me hice cosas, soy muy natural y me siento bien así.
Me retiro temprano porque el ballet tiene que ser joven e intenso. En lo personal siempre tuve buena salud, llevo una dieta súper sana, no tomo, no fumo. Mi carrera fue muy buena porque en tantos años no tuve lesiones importantes ni problemas vinculados a lo físico que le jugaran en contra.
-¿Pensás en la maternidad?
-Creo que que la maternidad es algo muy importante, que no puede tomarse a la ligera. No es algo que haya estado entre mis objetivos principales porque siempre privilegié mi carrera. Viajando tanto como yo he viajado, mantener una pareja estable (algo fundamental para tener un hijo) no es fácil, así que ser madre no es algo en lo que haya pensando tanto hasta ahora.
-De todos los personajes que interpretaste a lo largo de los años ¿Tenés algún favorito?
-No, realmente no puedo elegir, porque cada uno me ha dado una satisfacción distinta. Todos mis roles están adentro mío como un tesoro.
-¿Qué sentís cuando mirás para atrás o cuando te ves bailando en una pantalla?
-Mucho no me gusta verme, pero cuando algunas cosas de años atrás lo que pienso es qué increíble es la carrera que tengo, he llegado a hacer lo que siempre quise y es una maravilla eso, lo valoro mucho, soy muy agradecida, y si pudiera volver todo para tras haría todo exactamente igual a cómo lo hice.
-¿Qué cambió en el ballet como disciplina desde que empezaste a formarte como bailarina de chiquita y el presente?
-Es un tema que tal vez es un poco políticamente incorrecto, pero yo he vivido una época hermosa en el American Ballet y cumplí un sueño al formar parte de algo que dirigía Mijail Baryshnikov. Fue un tiempo maravilloso del que formé parte y me siento muy orgullosa.
Ahora el mundo ha cambiado y eso se traslada al mundo del ballet. La gente está todo el tiempo en Internet, con el celular en la mano, hipercomunicada por vías virtuales…
Yo no quiero ser parte de eso. Sé que la vida va para allá y que tal vez lo mío sea un pensamiento un poco dinosaurio, pero creo que debido a los cambios globales, el mundo del ballet es un poco más ligth, menos apasionado, con menos compromiso.
-¿Por eso te vas?
-Yo me quiero quedar con el momento que viví, que fue de gran intensidad y pasión. No me parece atractivo el hecho de ir a una clase teléfono en mano, con pantuflas, como si se fuera al súper mercado. Yo viví otro momento histórico, el mundo va a camino a otra cosa que no me tienta tanto, prefiero quedarme con cómo eran las cosas en los tiempos en los que yo las viví.
Además, prefiero sentarme frente al escenario a ver talento, algo que disfruto mucho, pero ya ese detrás de escena de la actualidad, no me interesa verlo. Es como esto que decía antes en cuanto a las redes sociales, yo no concibo tener amigos en Facebook que nunca vi, me gusta compartir con los pocos que tengo que son reales y están siempre.