Desde el 10 de noviembre, Paloma Herrera se está despidiendo definitivamente del público amante de la danza junto con el Ballet Estable del Teatro Colón y la obra “Giselle”.
Con la dirección de Maximiliano Guerra, la obra maestra de la danza del romanticismo ya pasó por Rosario y Córdoba y el Teatro Independencia ha quedado agendado como el último escenario en la que nuestro tesoro nacional del ballet actúe por última vez.
No sólo será la una valiosa oportunidad para decirle adiós a Paloma en persona, sino también de disfrutar una de las puestas más deslumbrantes del Teatro Colón, en el que participarán las primeras figuras y solistas del Ballet Estable, como Juan Pablo Ledo, Vagram Ambartsoumian, Norma Molina, Néstor Asaff, Marta Desperés y Fabrizio Coppo y un cuerpo de profesionales de 14 bailarines.
Hace casi un mes, Herrera clausuró su oficio en el Teatro Colón, su primera escuela, con “Romeo y Julieta” y música de Serguei Prokofiev y coreografía de Maximiliano Guerra, desde este año director del Ballet Estable.
“No puedo pedir más. Me despedí en mayo, en el Metropolitan de Nueva York, del American Ballet Theatre. Y ahora acá, en el Colón, mis dos casas”, había expresado emocionada aquella noche del 17 de octubre.
Paloma tiene 39 años y luego de 24 dedicados al ballet, su decisión es definitiva y está feliz.
-¿Cómo te sentís?¿Se te ha ocurrido pensar en el pasado?
- En realidad no. Me siento feliz. Creo que ese sería el sentimiento que más refleja este momento. Hace un año que anuncié el retiro y a lo largo de todos estos meses lo he podido digerir. Mientras fueron pasando los días me fui convenciendo de que he tomado la mejor decisión.
Desde entonces he experimentado momentos súper emocionantes, como por ejemplo cuando me despedí de la American Ballet Theatre y lo que sucedió más recientemente del Colón y lo de ahora con esta gira, pero te puedo decir que en ningún momento lo vivo con nostalgia. Estoy disfrutando cada segundo diciéndome a mí misma que ya es hora de decir adiós.
- ¿Qué es lo primero que querés hacer después de guardar las zapatillas?
- Sobre todo después de este último año que fue muy agitado, sumando fechas como las de Paraguay, Uruguay y ahora por diferentes provincias, lo primero que espero hacer es descansar y darme tiempo. Realmente las giras han sido muy ajustadas en el calendario pero he disfrutado cada una de las funciones. Me voy totalmente sin nada pendiente.
- ¿Qué le podrías decir a una alumna de ballet que está empezando la carrera?
- Es una pregunta que me resulta realmente difícil para mí. Por mi lado, ha sido la mejor profesión del mundo y la que me hizo la persona más feliz. El ballet ha sido más de lo que he pedido en la vida. Es mucho más de lo que pude soñar. De niña miraba videos y pensaba en las escuelas de danza. Tampoco en ese tiempo hubiera imaginado estar en el Colón y después en el School Of American Ballet de New York.
Es realmente una carrera maravillosa y me siento agradecida. Soy consciente que tuve mucha suerte de hacer lo que yo amo. Son pocas las personas que pueden decir que la carrera de bailarina es maravillosa. Pero esta fue mi experiencia y sé que puede resultar muy sacrificada. Hay que trabajar mucho. Es por eso que es difícil aconsejarle a una alumna que recién empieza. Depende de cada uno. Puede ser tan gratificante como muy frustrante.
- ¿Qué te pareció la imagen del ballet expuesto en la película "El cisne negro"?
- ¡No estaría nunca de acuerdo con esta película! La vi con mucha bronca. La carrera de bailarina es todo lo opuesto a lo que viven esos personajes. Es lo opuesto al menos lo que yo quiero representar sobre los valores de la profesión. Creo que uno aprende en lo positivo. No con la tortura de tus profesores.
En realidad ellos te inspiran disciplina. No estoy de acuerdo con esa imagen de los maestros duros o inescrupulosos que muestra la película. Uno puede enseñar lo mismo pero con buena forma. Si para mí hubiera sido una tortura aprender danza estoy segura que nunca hubiera durado mucho.
- ¿Cuando sentiste que experimentabas un momento trascendente en tu carrera?
- Si lo pienso en retrospectiva fue el momento en que a los 15 años me tenía que ir a vivir a New York. Le tenía pánico a los aviones pero pensé que si había llegado hasta ahí, el miedo a los aviones carecía de importancia. Eso fue muy loco. Dejaba mi país, alquilaba un departamento en aquella ciudad. A partir de ahí me tocó disfrutar y agradecer mi carrera de solista principal a los 19 años. Todo siguió. Pero nunca dije “¡llegué!”.
- ¿Tenés un personaje preferido en las numerosas obras que has interpretado?
- En mi caso, en el momento en que se levanta el telón, ese papel que interpreto es definitivamente el más importante. No podría elegir nunca uno sobre otros. Eso sí, en realidad hay personajes que se parecen más. Pero también hay algunos muy opuestos. En un rato uno puede llegar a convertirse en otra persona. Por ejemplo, la misma Giselle es un espectro, algo imposible más allá de un relato que se cuenta sobre las tablas. Todos los personajes en realidad tienen lo suyo.
- Te han presentado muchas celebridades, incluso Barack Obama... ¿Estos encuentros te producen algo?
- Para decirte la verdad, no. Soy cero cholula. No me llama la atención relacionarme con las celebridades. Para mí mis ídolos son mis padres, más allá de cualquier persona más conocida.
No me entrené como bailarina para salir en los diarios u otros medios. Eso es un extra. Eso va con la profesión. Es justo lo opuesto a la generación de ahora. Muchos quieren bailar para ser sólo una celebridad, para que sean conocidas en la televisión. Es el medio para llegar.
- ¿Cómo definirías justamente "lo opuesto"?
- Vuelvo a decirte que mi carrera me ha hecho feliz. Me ha dado la oportunidad de conocer a un montón de gente y culturas de docenas de países. Ha sido toda una experiencia de vida. Me gusta el arte. Eso es lo que en verdad me llena.
Un clásico
“Giselle” es un ballet en dos actos con música de Adolphe Adam, coreografía de Jules Perrot y Jean Coralli y libreto de Théophile Gautier y Jules-Henri Vernoy, basado en la obra “De l'Allemagne” de Heinrich Heine, de 1835.
Fue la primera interpretación en público del Ballet du Théâtre de l'Académie Royale de Musique de la Salle Le Peletier de París, fechado el 28 de junio de 1841.
Argumento: Giselle es una inocente campesina enamorada de un hombre que la engaña y pretendida por otro que jura venganza al no ser correspondido. La mentira del primero y los celos del segundo desatan la tragedia y Giselle muere, víctima de la tristeza. Ya desde su tumba consigue perdonar y salvar al hombre que amaba de las garras de las Willis, espíritus de novias abandonadas que habitan el bosque.
Una carrera brillante
En pocas líneas, ¿cómo se hace para sintetizar una trayectoria tan iconográfica? Recordemos que Paloma fue alumna en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón y a los 15 años fue seleccionada para la exigente School Of American Ballet de New York y seis meses después fue contratada por American Ballet Theatre, convirtiéndose a los 19 en primera bailarina, la más joven en alcanzar ese mérito en todas las décadas de historia de la compañía.
Como estrella invitada, la bailarina participó en coliseos de los cuerpos del New York City Ballet, el Tokio Ballet, el Kirov Ballet de San Petersburgo, el Kremlin Palace Ballet, el ballet del Teatro Alla Scala de Milán, entre otros.
Sus ovacionadas actuaciones llevaron la carrera de Paloma al estrellato, al punto que fue seleccionada como “Líder del Milenio” por la revista Time y la CNN y elegida, dentro de la danza, como “una de las 30 artistas que transformarán las artes en los próximos 30 años” por el The New York Times, revista que le dedicó incluso una tapa el 20 de noviembre de 1994, con una fotografía tomada por el prestigioso Michael O´Neill.
A estos homenajes mediáticos podemos sumar el documental argentino “Paloma Herrera: aquí y ahora”, de Jorge Fama (2008).
Recordemos que desde 2004, ella es miembro del jurado del Artist Committee para el Premio a la Trayectoria en Arte, el más importante en Estados Unidos que cada año entrega su presidente desde el año 1978. Paloma es la única artista latina y la más joven de los integrantes de este jurado.
La anterior visita de Paloma Herrera en la provincia sucedió en 2007 con dos actuaciones en el auditorio Ángel Bustelo.
La ficha
Paloma Herrera, "Giselle".
Días: miércoles 18 y jueves 19 de noviembre.
Hora: 21.
En: Teatro Independencia (Espejo y Chile).
Entradas: precios entre $250 (Paraíso) a $1200 (Platea Baja Fila 1 a 4).
Punto de venta de entradas: www.tuentrada.com. y en la boletería del Teatro Independencia.
Ficha artística
Música: Adolphe Adam.
Coreografía: Maximiliano Guerra.
Diseño de vestuario y escenografía: Nicola Benois.
Diseño de iluminación: Rubén Conde.
Producción: Teatro Colón.
Principales intérpretes
Giselle: Paloma Herrera.
Albrecht: Juan Pablo Ledo.
Hilarion: Vagram Ambartsoumian.
Berthe, madre de Giselle: Norma Molina.
El Duque de Curlandia: Néstor Asaff.
Duquesa Bathilde: Marta Desperés.
Wilfred: Fabrizio Coppo.