El censo de empleados públicos es el chiche nuevo que exhibe Francisco García Ibáñez y se muere por terminarlo y presentarlo en sociedad a fin de febrero.
Dice, por ejemplo, que gracias a ello tienen claramente determinado el nivel de estudios de cada uno de los trabajadores del Estado y se sabe que 18% sólo ha concluido el nivel primario, por lo que se está desarrollando un plan de terminalidad educativa.
También se han detectado 1.800 trabajadores discapacitados y se espera que, a través del dato, puedan realizarse acciones que faciliten su inclusión.
Pero el chiche nuevo también permite a García Ibáñez tirar una chicana al radicalismo. El ministro Legal y Técnico jura que la gestión que lidera Francisco Pérez sólo ha incorporado un 2,85% del total de los empleados públicos censados. Según sus números, durante el mandato de Celso Jaque han ingresado a la administración pública el 19,54% y en la de Julio Cobos el 30,83% del total.
Con el censo, la nueva ART seleccionada por licitación pública que ganó Provincia ART y los decretos de congelamiento, el funcionario amigo del Gobernador dice estar haciendo mucho para mejorar la gestión del empleo público: “No nos estamos haciendo los pelotudos, como dice la oposición”.
García Ibáñez jura que está enfrascado en el control de ausentismo, determinación de accidentes y fin de las “misiones especiales” y cambios de función, porque eso hace incrementar las horas cátedra.
“Lo conocemos. Hace 20 años que estamos en la administración pública. Estamos trabajando en una política integral de recursos humanos”.