Esta noche desde las 21 se presentarán Palo Pandolfo y La Hermandad junto al mendocino Juampi Dicésare y su proyecto Monotoro en el hall del Espacio Le Parc, en Mitre y Godoy Cruz, Guaymallén. Con excusa de esta fecha, juntamos a los dos cantantes para charlar acerca del oficio de cantor en la actualidad.
“Yo me pregunto ahora cómo voy a ir componiendo, antes no me preguntaba nada, estaba como en un fluir e iba como loco. Quizá sea la edad, creo que mucho no lo manejás, yo hago lo que sale”. Eso que sale no es para nada poco cuando el que habla es Palo Pandolfo, el poeta incendiario de nuestra canción que desde los ’80 en adelante -tanto con sus bandas Don Cornelio y Los Visitantes como con sus proyectos solistas La Fuerza Suave, El Ritual y la actual La Hermandad- viene renovando nuestro cancionero con un estilo personal de interpretación y composición que, bebiendo de lo mejor de la tradición de nuestro rock, mantiene su fuerza, creatividad e integridad desde aquellos ya míticos comienzos.
Esta noche Palo y La Hermandad se presentarán en Le Parc junto a Juampi Dicésare, el músico mendocino afincado en Buenos Aires que el año pasado grabó junto a su banda uno de los mejores álbumes que se editaron en nuestro país: “Monotoro”, una pequeña obra de psicodelia pop en capas, un viaje ideal para auriculares donde múltiples arreglos tan espaciales como musicales van revelando un universo íntimo y surreal.
Con excusa de esta fecha decidimos juntarlos: Palo se enganchó con la idea, nos invitó a su casa y entre mate y mate pasaron Nirvana, sueños grabados y el rollo de encontrarle la vuelta a hacer rock en estos días.
Métodos y sueños
Palo:- Algo que me pasó en los últimos años fue que para "Ritual criollo" hice un tema, "Oficio del cantor", que salió de manera totalmente automática. Estaba en el living de casa con unos amigos y lo grabé en una doble casetera después de almorzar, agarré el micrófono y dije "voy a grabar algo", y ahí nomás salió el tema entero, letra y música. Antes a veces había hecho temas así, cosas que te salen como una iluminación y decís "¡Milagro!", pero cuando escuché esta canción me emocioné porque estaba diciendo muchas cosas desde el inconsciente. En ese momento tuve una especie de revelación, dije "Hay que componer así", y todo lo que hice desde entonces fue de esa manera. El disco que siguió, "Esto es un abrazo", lo compuse todo así, con ese precepto. Composición automática. Algo que los surrealistas hicieron hace cien años, ¿no? Ahora ya me agoté con ese sistema, o sea, estaba por nacer Vito, mi hijo, y uno no siempre está con esa capacidad para cantar "Aaahhhh" y sacar una canción (risas)…
-¿Y ahora?
Palo:- El baterista de la banda, Carlos Fernández, que es un groso, muy musical, siempre me insiste con cosas como que Los Beatles son melodías, que triunfan en Japón o en el Congo por la melodía, que hay que buscar melodías. Entonces me propuse probar eso y me dije "Voy a componer sin guitarra y sin letra, la melodía pura". Otro método. Empecé a depurar métodos. Ya hice treinta canciones y pico desde la melodía, sin letra ni nada, melodía pura. Después busco la armonía que conlleva esa melodía. Y para el final queda la dura tarea de la letra...
Juampi:- Sí, yo las letras las dejo para lo último también. Estoy acostumbrado a buscar las melodías y a veces en esas melodías hay palabras... Uso un lenguaje fonético, onomatopéyico, jitanjafórico (risas)... Hay algunas frases que siempre voy guardando. Y que siempre parten de una base rítmica. Me parece que habiendo tanta música la gente más que con la letra se puede enganchar con un batir rítmico, una melodía que tenga movimiento, y así siempre aparecen dos o tres oraciones que después voy hilando. Cuando estoy balbuceando siempre salen cosas... "Adónde voy" y "no puedo" son frases que siempre aparecen y trato de esquivar (risas)…
-¿Componen en algún momento especial del día o cuando sale?
Juampi:- Yo ahora aprendí a vestirme, antes me levantaba y así como venía de la cama ya estaba arriba del piano haciendo alguna cosa, más relajado. Ahora me visto, me lavo los dientes y me pongo a laburar desde la mañana... Es como que laburo en mi casa.
Palo:- A mí me gusta el día, la tarde... La mañana es genial también. A la noche me gusta soñar y después grabarme los sueños…
-¿Te pasó de soñar con otro cantando una canción y de golpe despertar y grabarla?
Palo:- Sí, muchas veces hay otro cantándola. Por ejemplo "Trabajar" (de "A través de los sueños") la cantaba Liliana Herrero. Era una mesa tremendamente larga llena de barbudos como bolches, militantes, y ella de pie al final de la mesa cantaba "Traaabajaaar"... Tremendo. Me desperté y la grabé. Después también un tema que cantaba Andrés (Calamaro), que todavía no grabé nunca. Es como un himno: "Ohh lo que me lleva del amor"... Eso cantaba, "lo que me lleva del amor"... Después lo vi y se lo dije: "Te robé un tema que cantabas en un sueño". Y tuve otro donde el Indio Solari cantaba en la radio de un boliche que no sé qué carajo era, yo estaba en un auto, paraba en una especie de estación de servicio debajo de una autopista y en la radio sonaba un tema del Indio, y ahí me desperté y lo grabé... Le afano mucho a los demás en los sueños (risas)... Tiene que ver con el inconsciente, ¿no?, esa bola de recuerdos y de memoria transformada, el discurso sobre la memoria... Está bueno que surja algo desconocido.
Rock en un click
-¿Cómo se llevan con toda la música que se encuentra hoy en Internet con un clic?
Palo:- Por un lado me parece que es una gran ventaja, hoy en día podés grabar un disco en tu casa y difundirlo.
Juampi:- Y quizás es una desventaja en el sentido del valor de la música, podés estar escuchando un buen disco y cambiarlo a la mitad por otro, cuando antes esperabas una semana al amigo que te grabara el casete.
-¿Vos Palo cómo llegaste en los '80 a tus primeros discos de afuera?
-En el ‘83 cuando estaba en la secundaria tenía un amigo más chico que empezó a viajar a Londres y él me trajo un casete que me cambió el bocho: era un compilado con Human League, The The, Ultravox, Tears for Fears, todas estas bandas electropop… Después otro amigo tenía vinilos de Adam and the Ants, “Survival” de Bob Marley, y llegaron Sumo y Virus y nos cambió la cabeza. Ahí dejé la capelina (risas).
Es que éramos muy hippies, muy psicobolches con poncho, viajes de mochilero a los lagos del sur, la guitarra y la quena en el tren... Me encanta eso, el hecho de la transformación: cambiamos radicalmente de un día para el otro y de golpe teníamos todos los raros peinados nuevos, los impermeables, las Ponys blancas, éramos todos modernos, bailábamos. Fue en el ‘84, con la democracia. Ese momento fue muy estimulante y rico, frágil también... Incluso desde el concepto, éramos paz y amor y de golpe éramos todo mal, perdimos el miedo al contacto físico, bailábamos pogo, o sea, fue un cambio radical…
-¿Y cómo ves la escena hoy?
Palo:- Creo que es el momento más expansivo del rock argentino. Hay una multiplicidad total de estilos, hay miles de bandas…
-¿Que haya tantas bandas influye en que no aparezcan bandas insignia como en los '80?
Palo:- No, no me parece. En los '80 el momento sociocultural era diferente. Ahora estamos en un posliberalismo donde la cultura del mercado ya se instaló. Ahora todos tienen manager, videoclip... Nosotros no teníamos nada de eso, hacíamos rock para estar en la vereda de enfrente, no para tener una inserción en el mundo laboral... Lejos de eso. Tardé treinta años en entender qué era un laburo, recién de padre lo entendí. En los '90 las bandas empezaron a hablar de managers, de videoclips, de compañías discográficas, de contratos, o sea, era el mercado metiéndose en la cultura... Ahora estamos en un post-noventas y con la aparición de Internet algo positivo es esa expansión en cantidad. Que me parece interesante, me divierte, sobretodo porque hay mucha diversidad, hay para todos los gustos.
Juampi: -Las redes son un tránsito, hay que encontrarle la vuelta para ver cómo hacer para poder tocar y que entre una moneda. No por pensarlo como un negocio, pero sí como modo de vida, tuve bandas que desarmé porque no rendían ni tenían circulación.
Palo:- Ya de por sí tener una banda es dificilísimo...
Juampi:- Pero en cuanto a las influencias me parece genial esto de juntarme y charlar con vos porque la verdad es importante para mí: yo te escuché desde que tenía quince años, con todo lo que te forma y te nutre la música a esa edad. Y escuchándote a vos, a Nirvana, sentí que me acercaron las canciones a que las pudiera hacer.
Palo:- Qué bueno esto que decís che, sinceramente me emociona. Es cultura popular creo yo, tradición oral. Soy muy devoto de todo el movimiento del rock argentino. Me siento como un eslabón más de esa cadena y quizá esto es lo más importante que podemos lograr haciendo canciones, ¿no? Prender el fuego del otro. Quizá sea el fin último del arte. Que la llama se mantenga encendida. ¡Y Nirvana es muy tremendo! Creo que el último gran sonido del rock es el rifle de Kurt Cobain haciendo bang en la boca, que el rock murió ahí.
-¿Y cómo se hace rock hoy?
Palo:- Me pregunto mucho eso, ¿adónde está el quiebre estético-cultural del rock hoy? En su momento cuando empecé era ponerme a mi viejo en contra, con peligro de cagarnos a trompadas. Mi viejo odiaba el rock, odiaba a los Beatles, les parecían unos drogadictos. Pero más allá de la droga le molestaba el pelo largo, que tenían voces de nena, que eran barbudos, sucios… Y mi viejo era socialista, no era un conservador de derecha. Era del año '25. Ahora, cuando lo echaron de la fábrica me compró una guitarra eléctrica. O sea, por más que odiaba eso vio que yo ya estaba totalmente jugado. Pero para mi generación hacer rock era crear tu personalidad matando al padre. Y hoy el rock en ese sentido no significa nada a nivel psicológico, digo en cuanto al núcleo duro de la imagen paterna, es como seguir la imagen paterna. Y ahí veo algo raro, como que no sé adónde vamos a ir a parar. Que al final es lo que decía mi viejo (risas). Ya geopolíticamente el rock hace tiempo me empezó a hacer ruido, tanto rock por todos lados… Y a la vez todo esto no deja de ser un análisis, porque es música popular y no muere. Últimamente me aliviané un poco de la fobia al rock. Así que de alguna manera reformulé la idea del rock dentro mío: trato de ir a todos lados con esa esencia Beatle y Pescado Rabioso que desde llevo desde siempre.