Atlético Palmira continúa rindiendo de forma exitosa pruebas de carácter. Anoche, frente a Trinidad, en San Juan, sumó un triunfo importantísimo y tiene puntaje ideal: 3 jugados, 3 ganados. Tremendo.
El capítulo inicial mostró dos equipos con buenas intenciones. El local buscaba ser criterioso en la circulación del balón y prolijo a la hora de recuperarlo. En los metros finales fallaba en la definición de la jugada, pero vía Paul Martín y Carlos Cabaña exhibía una imagen que el hincha celebraba, tras un arranque con dos derrotas consecutivas.
El “Jarillero”, con mucho orden defensivo, buscaba ganar las bandas con la velocidad de sus volantes. Y en esa intención por sorprender, apostó a los pelotazos cruzados, generando algunos espacios que finalmente no fueron aprovechados. Con el correr de los minutos, aparecieron algunas imprecisiones y la etapa terminó con el marcador en cero.
¿Hubo acciones claras? Si. Juárez casi marca desde un tiro libre que pasó cerca del arco local; Narváez le tapó un mano a mano a Martín cuando los sanjuaninos celebraban y Rodríguez terminó rematando por encima del travesaño la chance más clara para los mendocinos.
Todo ese ímpetu para jugar con la pelota a ras del piso se fue desdibujando con el correr del complemento y ninguno de los dos tuvo claridad.
El vértigo se hizo constante entre ambos equipos y apenas Martín volvió a exigir a Narváez con un remate desde la media luna. Ni siquiera los cambios le daban rédito al partido. Ni unos ni otros tenían la llave para romper un juego que se iba cerrando con el marcador en blanco a partir de la decisión de los dos protagonistas, ante la imposibilidad de ganarlo, de no perder.
Claro que Palmira se tiene una fe enorme y a través de Rodríguez, con una corrida magistral, definió la historia y dejó a Palmira arriba e invicto. Locura Jarillera.