Ítalo Severini estaba enamorado de Rosa Martínez en una época donde las redes sociales no existían. Tampoco las computadoras, celulares o tecnología de avanzada. Era 1952, mayo de ese año. En ese momento este caballero decidió que ya era tiempo de declarar su amor.
Su nieto la dio a conocer. "Hoy cumpliría 86 años mi abuela. Esta carta que le escribió mi abuelo para conquistarla es lo mejor que nos dejaron", publicó este hombre quien lleva el nombre de su abuelo.
Formal, como eran los mensajes de antes donde abundaba el usted como señal de respeto. "Por medio de la presente me dirijo a Ud. pidiéndole tenga la bondad en disculparme por lo que le voy a decir", arrancó la misiva.
Así seguía la carta: "Hace ya un tiempo que tengo pensado en escribirle para decirle de mis simpatías por Ud. Simpatías que me gustaría convertir en algo si Ud. lo deseara, pues tengo interés en formalizar un hogar y mis deseos serían hacerlo con una chica como Ud.". Ítalo logró casarse con Rosa. El nieto relató el final de esta historia: "Estuvieron juntos 45 años, tuvieron cuatro hijos y formaron la familia que mi abuelo le juraba en esa carta".
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