“Martín se tomó el laburo de escribirlo, y eso ya es algo elogiable. Hay algunas insuficiencias y errores salvables en una segunda edición, porque ya vendió la primera edición de trescientos ejemplares”, dice Raúl Silanes, cuando opina sobre este texto.
“Y yo no lo acompañé en nada, salvo un par de entrevistas, donde incluso lo traté muy mal. Por lo tanto, me parece loable, rescatable, bancable, alentable, casi esperanzador, que al menos llegara a concretar la publicación, en una Mendocita enemiga acérrima de este tipo de acciones”, opina.
Silanes cree que hay omisiones en el texto, pero aún así lo defiende. Como buen novelista, cuenta y se emociona cuando Campos entrevistó a Leonardo Favio para esta investigación, “con quien pudo hablar más de una hora sobre Devolución de Babel, obra que le mostró el Maestro sacándola de su biblioteca, en un viejo volumen todo subrayado. Yo hubiera hecho un libro nada más que con esa entrevista, porque contenía todo el inmenso cariño que volcaba Favio generosamente sobre mí”.
Hay toda una vida para contar sobre los libros de Silanes en España, Francia y Estados Unidos, que no aparecen en el libro. Pero el escritor está como Riquelme: “Banco el esfuerzo porque puso cariño y admiración, además de horas de trabajo y esfuerzo contra viento y marea.
Podría haber hecho lo que muchos, sentarse a cortar y pegar armando un ensayo sobre cualquier escritor fallecido, de esos que se han escrito mil millones de cosas”, destaca.
También se muestra generoso, al afirmar que “es necesario más jóvenes como Martín Campos, haciendo este tipo de trabajo sobre otros artistas en general; no como una excepción, sino como algo habitual, que hace al patrimonio cultural”.
Por último, una gema del mejor Silanes, cuando recurre a la ironía de la Mendocita que tenemos y de los plomos que tejen la Feria del Libro: “Sigo invicto en eso: jamás he pisado la Fiera del Broli de Mendoza. Este año ha sido increíble: Silanes aparecía en cinco eventos, en cinco días distintos, en el Programa de la Fiera. Tanto que casi voy a verme a mí mismo, por si habían traído un doble…”.