Parte del alumnado de la escuela técnica 4-118 San José, del distrito homónimo de Guaymallén, resolvió aportar tiempo y mano de obra para mejorar distintos aspectos de la infraestructura escolar, que no estaban en condiciones o que no respondían a las exigencias actuales. El solar educativo ocupa media manzana, con eje en las calles Uruguay y Lavalle.
Chicos de diversos cursos se han hecho cargo de modernizar instalaciones eléctricas y, principalmente, colocar redes informáticas (para internet), alarmas y telefonía.
Esta tarea la efectúan alumnos de 5to año, en cumplimiento de pasantías de prácticas profesionales, con la supervisión del jefe de la sección Electricidad, Víctor Troncoso.
Lo que podría haber sido encarado por una empresa, lo están haciendo los estudiantes, respondiendo a sugerencias de la dirección del establecimiento.
Este emprendimiento no pudo entrar en un proyecto de ampliación y rehabilitación del colegio que, en forma paralela, está llevando a cabo, con fondos nacionales, la firma Alef Construcciones.
Como la plata no alcanzaba para todo, la dirección escolar elaboró un plan propio, que encontró el apoyo estudiantil y de los padres.
En el trabajo comunitario se han aplicado 150 alumnos, de un total de 800 que conforma la nómina general del establecimiento. Todos no pueden plegarse y por eso se han planificado rotaciones y recambios.
La escuela se encuentra ubicada en una zona urbana, pero muy próxima a zonas suburbanas y rurales, enclavada en un lugar cercano a diversas vías de comunicación y transporte, lo cual favorece el acceso a jovencitos que provienen de distintos puntos del Gran Mendoza.
Ayer al mediodía había un estado de caos ordenado en el establecimiento. Por un lado, un grupo de estudiantes avanzaba en las instalaciones de redes; otros lijaban paredes, mientras el resto de los educandos asistía a clase. Pero, por la mudanza de ambientes y el ir y venir de operarios alumnos, y de los otros, la escuela bullía de acción.
El director de la institución, Sergio Brozovich, y la vicedirectora, Carmen Papalia, dijeron que la idea de llevar a cabo una tarea comunitaria no fue difícil “por el grado de compromiso de los chicos y la adhesión de sus papás”.
Hay que resaltar que además de esta labor espontánea que ha encarado el alumnado, la San José -que entrega títulos en las especialidades de maestro mayor de obras, electricidad y mecánica- está siendo ampliada y rehabilitada por aplicación de un plan nacional, cuyo fondos son administrados por la DGE.
Por un valor de $ 7.000.000, la contratista está levantando aulas, nuevos talleres y la zna de gobierno, hasta cubrir aproximadamente 600 m2. De esa forma, se suplen construcciones clandestinas y el deterioro lógico por el paso de los años. Las actuales instalaciones se levantaron en la década del ‘70.
En la que podría definirse como la obra menor, la de embellecimiento y equipamiento y que están realizando los jóvenes, hay un tercer involucrado: la Municipalidad de Guaymallén. La repartición aportó la colocación de la membrana de los techos, la limpieza de tanques de agua y la donación de pintura. También dona viandas para los jóvenes que hacen doble turno y que almuerzan en el establecimiento.
La vicepresidenta del centro estudiantil, Micaela Carmona (17, 4to año) contó por qué se involucraron: “Luego de escuchar el plan de los directivos, resolvimos que era un interesante desafío contribuir a embellecer la escuela porque de esa forma todos estaríamos mejor. Estamos tan entusiasmados que, en ocasiones, venimos una hora antes del cursado para organizarnos”.
Brozovich y Papalia señalaron que desde el comienzo del operativo de mejoras, se observa un cambio de actitud en el alumnado. “Los chicos evidencian un gran compromiso y se percibe un mejor clima general”, coincidieron.
Los alumnos Emanuel Toranzo (15) y Matías Mesa (14), ambos de segundo año, afirmaron: “Apenas se planteó la necesidad de encarar estas tareas, nos plegamos rápidamente, y nos pone contentos lo que hacemos; además, nos brinda experiencia”.
Una de las mamás, Alejandra Castilla, en representación de sus pares, apuntó: “Nosotros, los padres, estamos contentos porque nuestros hijos, además de estudiar, aprenden practicando”.
Todos los involucrados en la misión de dejar más habitable y confortable la escuela San José, coincidieron en señalar que también se ha establecido “un compromiso, un contrato de cuidar más las instalaciones y velar para que equipamiento y mobiliario dure más y en mejores condiciones”.