Como todos los aspectos de la vida, el desarrollo y crecimiento de los hijos implican cambios y desafíos nuevos para los padres vinculados con cada etapa transitada y por venir.
En este sentido la adolescencia se transforma en un período de mutación y búsqueda (incluso de crisis) por el que transitan los jóvenes, y en ese devenir, la sexualidad no es un tema menor.
La "primera relación sexual", entonces, se transforma para algunos padres en tema tabú, incómodo o difuso. Sin embargo para otros, aquellos que han hecho un camino de diálogo y comunicación desde los inicios de la genitalidad misma (y las primeras inquietudes de sus hijos, allá por la primera infancia), es un puente para poder dialogar con el adolescente.
"¿Cómo hablo con mi hijo sobre la primera relación sexual?", "¿de qué manera dialogo con él para explicarle?", "¿qué aspectos no puedo
dejar de hablar; más allá de una posible concepción?”. En esta nota, éstas y otras tantas conjeturas respondidas por el psicólogo y sexólogo Germán Gregorio Morassutti. Una oportunidad para aclarar y disipar dudas.
Los chicos crecen...
Y mucho; tanto que de ser los dulces angelitos, que jugaban con camioncitos, pasan a ser esos altos adolescentes que buscan su proporción corporal retozando en el sillón hogareño, mientras juegan a la Play o chatean con sus amigos.
¿Cómo romper el hielo y hablar con ellos?
“En general lo que se recomienda a los papás es comenzar con los canales de comunicación desde siempre, esto implica no esperar a que llegue la adolescencia para hablar sobre sexualidad con los hijos. En realidad se trata de poder hablar de ‘sexualidad’ y no de sexo con ellos, ya que cuando aludimos a ‘hablar’ implica que uno como papá comienza a hacerlo desde que los hijos adquieren el lenguaje, desde los 2 años.
Por ejemplo, cuando comienzan a preguntar acerca de los órganos sexuales que van descubriendo, como también las conductas de cuidado que se trabajan con los más pequeños. Entonces, con el paso del tiempo y el desarrollo, el chico irá consultando cualquier duda que tenga, si uno como adulto propicia esa comunicación, desde pequeños”, argumenta el sexólogo.
- ¿De qué manera debería hablarse el tema?
- Es importante entender que comunicar y hablar sobre sexualidad con los adolescentes, no se trata de sentarse a dar una cátedra magistral, como si uno fuera el que sabe y ellos los que tienen que aprender. Hay que abrir los canales de comunicación primero y ante todo como adulto, a partir del hecho de ‘escuchar’ al adolescente. Es decir tiene que ver con darse cuenta que uno puede escuchar y el chico consultar cuantas veces lo necesite. Hay que salirse del mito de: “llegó el momento de hablar de sexualidad, hijo”.
Hablar sobre sexualidad es algo que hay que hacer con los hijos desde que son pequeños según los temas que van surgiendo en cada etapa, y también aquellos que deben saber para poder cuidarlos. Si el padre quiere hacerlo en el momento de la pubertad, de manera formal, obviamente se va a generar una situación muy incómoda, en la que el progenitor va a quedar muy conforme porque dijo todo lo que tenía que decir, pero no va a tener idea de qué es lo que piensa o siente su hijo; o más aún, si le sirvió (o no) lo que se habló.
- ¿Qué sucede cuando el joven se cierra más durante la adolescencia y esa comunicación se complica?
- Antes que nada hay que estar atentos a ver qué es lo que sucede con ellos. Es decir: los padres deben saber muy bien en qué andan sus hijos, quiénes son sus amigos, sus inquietudes, e incluso ofrecer el espacio para poder hablar. Es importante poder facilitar dos aspectos fundamentales desde que son pequeños: el respeto y la confianza, dos elementos que no se dan de manera mágica en los chicos, cuando ya son adolescentes. Son aspectos que se desarrollan con los hijos desde el momento en que se los empieza a educar. Si ese respeto y confianza no se adquirieron antes, en la adolescencia es complejo de que se den.
- ¿Qué información fundamental deberían tener los hijos de los padres?
- Un adolescente, cuando entra en esta etapa, tiene que tener muy claro temas básicos como: los métodos anticonceptivos, la prevención de enfermedades y todo lo que implica el cuidado de la salud. No importa si no ha tenido relaciones sexuales. La información es la mejor herramienta para prevenir. Son conceptos que tiene que tener adquiridos y bien afianzados sin ninguna duda, que hay que trabajar y tocar antes con ellos.
- ¿Cómo se puede hablar con ellos, sin dejar de escucharlos?
-Hay que escucharlos hablar y ver qué tienen para decir. Consultarles, por ejemplo, qué saben de este tema y sólo corregir aquello que no está bien. Insisto: no se trata de dar cátedra, sino el adolescente se aburre y deja de escucharnos. La comunicación con ellos debe ser concreta, teniendo en cuenta primero qué es lo que sabe, y a partir de eso construir un conocimiento juntos. Incluso si como papás hay algo sobre lo que tenemos dudas es mejor decirles “no sé”, y ponerse a investigar con ellos sobre el tema, antes que darles una explicación agarrada de los pelos.
- La primera relación sexual de los adolescentes de hoy ¿suele ser con alguien cercano o relativamente conocido?
- Es muy común que en estos primeros encuentros los adolescentes por los menos busquen tener una relación de pareja... Hay muchos otros que se mueven en el terreno de la experimentación.
- Las premisas primordiales para manejar como papás, son...
- Apoyar como padres todo lo que el adolescente encamina, no detrás, sino cerca para apoyarlos en el momento en que nos necesite. Luego hay que poder dar el ejemplo, las responsabilidades se enseñan desde lo concreto, ya que hay padres que se comportan como adolescentes generando que los hijos no le tengan confianza ni respeto. En lugar de ser los adultos de referencia, se transforman es un amigo más.
También es bueno que puedan facilitar experiencias permitiendo el espacio para que el adolescente pueda explorar su sexualidad. Es decir que los hijos puedan tener espacios de privacidad para disfrutar de su sexualidad y conocer su cuerpo.
Otro aspecto es facilitar métodos anticonceptivos, comprando, por ejemplo (para que haya en el hogar), preservativos. De esta manera los chicos tendrán acceso y a mano, este método preventivo; lo usen o no.
Por último no es bueno que los padres hablen de su intimidad a modo de ejemplo con los hijos. Cada quien en su rol, fijando límites y brindando la libertad adecuada por etapa.