Paco Plaza es uno de los directores que revolucionaron el cine de terror en su país, aunque él mismo se quite mérito. Comenzó su carrera muy joven haciendo cortometrajes -que también escribió y produjo,- pero su nombre trascendió todas las fronteras cuando en 2007 realizó "Rec" junto a su amigo Jaumé Balagueró. Eso lo llevó a poner su nombre junto a otros apellidos célebres de cineastas españoles especialistas en el género, y a obtener reconocimiento en todo el mundo.
Una década después nos trae "La posesión de Verónica", un largometraje que generó muy buenas críticas en su país y se convirtió en un éxito de taquilla. Este filme, basado en hechos reales, cuenta la historia de Verónica (Sandra Escacena), una adolescente que vive para cuidar, proteger y alimentar a sus hermanitos mientras su madre viuda trabaja todo el día. Un día decide jugar con sus amigas a la Ouija para tratar de contactar a su padre fallecido. La experiencia resultará aterradora y una amenaza para toda su familia. Plaza considera a esta película su obra más personal, y aquí nos cuenta el por qué.
-¿Cómo te llegó la propuesta?
-Este proyecto me lo acercaron hace bastante tiempo, hará unos cinco años. Fue el productor Enrique López Lavigne quien me presentó la idea de hacer este filme inspirado en hechos paranormales. Por una cuestión de tiempos, no pudimos meternos de lleno en ese proyecto y tuvimos que dejarlo pasar. Pero hace dos años sentí que era el momento indicado y me comuniqué con Enrique para, ahora sí, encararlo. Y, por suerte, pudimos hacerlo y quedamos contentos con el resultado. Siento que es mi película más personal.
-¿Y qué fue lo que te gustó de él?
-Me parecía un tema sumamente interesante retratar el complicado, doloroso y conflictivo paso de la niñez a la adolescencia. Esa es una etapa llena de preguntas, que puede ser muy angustiante, y en la que los jóvenes pueden sentirse bastante perdidos. Haciendo un paralelismo, España también se estaba convirtiendo en otro país. Nos convertíamos en una sociedad más moderna. Era interesante marcar esa transición de esta niña que está viviendo en una sociedad que al mismo tiempo también está cambiando. Todo esto, rodeado de una historia enmarcada en el terror, hacía que fuera para mí algo muy atractivo.
-¿Cómo fue encontrar a estos niños que están muy bien en sus roles? ¿Y cómo fue trabajar con ellos que, además, son debutantes?
-No fue nada fácil. Para encontrar a la niña que interpreta a Verónica, hicimos no menos de 800 castings. Queríamos encontrar niños que, al verlos, enseguida te transmitieran alguna emoción, ya sea con su mirada, con un gesto, pero que no dejaran indiferentes al que los viera. Después fue pedirles que actúen naturalmente. Quiero decir: los niños no actúan, viven las situaciones. Así que se las planteaba a modo de juego y ellos las atravesaban. Los personajes viven experiencias extrañas o les suceden cosas raras, pero a nadie que le pase esto en la vida real está pensando: “Esto es como una película de terror”. Así que les pedí que piensen en eso, que sus personajes están atravesando por sucesos que no comprenden y que reaccionen ante eso. Todos los chicos estuvieron muy bien y le aportaron mucha naturalidad al filme.
-Tengo que preguntarte por Héroes del Silencio, que suena durante toda la película. ¿Fue idea tuya incluir al grupo?
-Totalmente. Yo era muy fan del grupo y en la década en que transcurre la historia de la película, en los ‘90, ellos habían alcanzado una popularidad muy grande. Creo que por esos años habían tenido 4 o 5 canciones que alcanzaron los primeros puestos de los rankings musicales. Tenían que estar (risas). Hay mucho de autobiográfico en esta película. Verónica es el personaje con el que más me identifico. Tenemos casi la misma edad, escuchamos la misma música, yo iba también a un colegio religioso, mis padres tenían un bar, hay mucho mío en esta película.
-¿Fue fácil recrear esa época en particular?
-Realmente sí. Yo la transité y la recuerdo muy bien, tengo muchos recuerdos vívidos de esos años. Además, también hubo un gran trabajo de parte del equipo de producción para conseguir hasta el más mínimo detalle. Para ayudarnos, les pedimos a todos que consiguieran muchas fotos y videos que nos sirvieron de referencia (vestimenta, peinados, modismos al hablar, programas de televisión, música, cualquier cosa nos servía). De hecho, mucha gente nos ha dicho que recordaba tener los vasos que se ven que usa la familia. Era muy populares y los usaba todo el mundo en la típica familia de clase media en España. Además, quería que Verónica fuera una niña muy concreta: de clase media baja, que viviera en este barrio de Madrid en particular, que fuera a un colegio de monjas, que su madre trabajara y que ella fuera la encargada de cuidar a sus otros hermanitos. Eso hacía que la conocieras bien y que te importara más qué pudiera sucederle.
-¿Hablaste con alguna autoridad o con algunas de las personas que pasaron por esa experiencia?
-Lo único que hicimos fue documentarnos al detalle de todos los casos que hubo sobre estas experiencias, como el “Caso Vallecas” o el “Caso Embajadores”…
-¿El filme no es sólo sobre el de Vallecas? ¿Toma más de un caso?
-Investigamos sobre varios casos que se sucedieron en España por esos años y que tenían que ver con estos sucesos paranormales. Lo que hicimos fue plasmar algunas de las muchas experiencias que describía esta gente, como la de la sombra que se movía en las paredes o la de la fotografía que se quemaba o la del afiche rasgado. Con todos esos elementos sobrenaturales fuimos muy fieles. Todo lo que tiene que ver con la familia es pura ficción.
-La pregunta se cae de madura: ¿creés en la existencia de lo paranormal?
-Lo que creo es que hay muchas cosas inexplicables en este mundo, muchos misterios para los que espero que alguna vez haya alguna explicación. Por ahora lo más importante son las preguntas que nos podamos hacer al respecto, hasta que encontremos las respuestas.
-¿Considerás que sos uno de los realizadores que revolucionó el cine de género en España?
-El primero que hizo algo para revolucionar el género fue el gran Álex de la Iglesia con esa increíble película que se llamó “El Día de la Bestia” (1995). Después vino Alejandro Amenábar con “Tesis” (1996), “Los Otros” (2001) y J.A. Bayona también sorprendió con “El Orfanato” (2007) más adelante. Nosotros, junto a Jaume Balagueró, aportamos nuestro granito de arena con “Rec” (2007). Pero el que realmente revolucionó todo e influyó a los demás fue Álex de la Iglesia.
-¿Conocés nuestro país?
-Estuve el año pasado en Ventana Sur (NdR: es el mercado de cine latinoamericano, organizado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales -Incaa- y el Marché du Film del Festival de Cannes) y tuve la oportunidad de estar unos días en su país. Me pareció muy hermoso. Vi también mucho cine latino y no puedo creer que teniendo algo tan en común todos nuestros países, como lo es el idioma, no aprovechemos para salir de esta crisis que viven las industrias cinematográficas de todos nuestros países. Deberíamos aprovechar el mercado común que tenemos -y que no estamos utilizando- y generar interés para que las películas lleguen a ambas orillas de los continentes. También así, de alguna manera, detener al imperialismo que se adueña de todas las pantallas.
-¿Viste algo del cine argentino? ¿Tenés algún actor o director que te guste?
-Bueno, acá conocemos mucho a Ricardo Darín y Leonardo Sbaraglia. Y nos llegan películas como “El ciudadano ilustre” (2016), o conozco directores de la talla de Juan José Campanella. Hace poco estuve en el Mórbido Fest, realizado en la Ciudad de México, y pude conocer el cine de Adrián García Bogliano. Me gustó mucho “Penumbra” (2011) y también “No moriré sola” (2008). Ah, también vi hace poco, y me da vergüenza decir que no la había visto antes, “La historia oficial” (1985). Me pareció maravillosa y uno de los mejores largometrajes que vi en mi vida. No puedo creer que se me haya pasado. Por suerte, tuve la chance de conocerla y es increíble.
-¿Cuáles son tus próximos proyectos?
-En marzo comienzo a rodar en Valencia un thriller llamado “Quien a hierro mata”. Va a estar protagonizada por Luis Tosar y estoy muy ansioso porque es la primera vez en mi vida incursiono en un género que no es el terror. Su personaje es alguien que intenta hacer justicia por mano propia y ve cómo eso desencadena más violencia y se convierte en un círculo vicioso. Estoy muy emocionado y ansioso por este nuevo proyecto.