La alimentación del paciente oncológico es un aspecto que no debe descuidarse durante el tratamiento de la enfermedad, fundamentalmente por las consecuencias que éste puede tener en este plano.
La Sociedad Americana del Cáncer elaboró un documento llamado “Nutrición para la persona durante su tratamiento contra el cáncer: una guía para pacientes y sus familias”. Allí asegura que tanto la enfermedad, como el procedimiento médico posterior pueden cambiar la forma en que come por lo que atribuye especial importancia al asunto, en particular por los efectos secundarios del proceso.
Por acción del tumor, pueden presentar dificultades para deglutir, del tránsito intestinal y absorción de nutrientes, deshidratación, anorexia, vómitos y diarrea, enumeró el doctor Ernesto Alegre, del Instituto de Inmuno Oncología Ernesto Crescenti.
Dijo que además de los últimos tres que también pueden ser consecuencia del tratamiento, éste puede ocasionarles intolerancia a ciertos alimentos, dificultad deglutoria por inflamación de toda la mucosa digestiva (desde la boca hasta el ano), constipación y meteorismo (distensión abdominal provocada por gases).
Asimismo pueden presentar dolor en la boca o garganta, resequedad bucal, problemas dentales y de las encías, cambios en los sentidos del gusto o el olfato, sensación de cansancio todo el tiempo (fatiga) y depresión.
Este cúmulo de situaciones que terminan por afectar la forma en que se come y el aprovechamiento de los nutrientes hace indispensable el asesoramiento, de allí que deba contemplarse la presencia de un nutricionista en el equipo que tiene a cargo el caso, ya que muchos oncólogos no cuentan con formación específica en el tema, reconoció Alegre.
Mitos y dudas
El oncólogo Mauricio Fernández contó a Los Andes que es un tema importante en la consulta sobre todo por dudas que manifiesta el paciente: "Hay muchos mitos respecto de ciertos alimentos que podrían actuar de manera preventiva así como algunos 'mágicos' que se cree lo curarían todo, pero esto suele carecer de sustento científico serio".
Explicó que lo que se sugiere apunta a evitar complicaciones durante el tratamiento porque “existe la posibilidad de una baja de las defensas, entonces hay que tener particular cuidado con la higiene de los alimentos ya que pueden producirse diarreas”.
Alegre precisó que durante esa etapa es importante una buena alimentación porque todas las moléculas de citostáticos (drogas oncológicas) circulan por sangre, unidas a proteínas. “La disminución de éstas, fundamentalmente de la albúmina, disminuye sus efectos terapéuticos y aumenta la toxicidad para el paciente”, indicó.
En este sentido, la presencia de proteínas en la dieta es esencial ya que intervienen en el funcionamiento del sistema inmunológico. “Los tratamientos de quimioterapia y radioterapia provocan aumento de radicales libres (hidrogeniones) que acidifican la sangre. Por eso se habla de dietas alcalinas, aunque no se aclara el fundamento científico de las mismas en los distintos trabajos publicados”, detalló.
Personalizado
Fernández aclaró que las recomendaciones dependerán del tipo de tratamiento que se realice, en función de sus efectos colaterales específicos. "No es lo mismo un paciente terminal con gran perdida de peso y que necesitamos que consuma calorías; pero si es un paciente obeso el que hace el tratamiento necesitamos que baje de peso", apuntó.
Por eso mismo, hay que tener en cuenta que las necesidades de nutrientes de las personas con cáncer varían en cada caso por lo que las recomendaciones del equipo profesional que atiende al paciente deben también estar orientadas en este sentido.
De todas formas, puede decirse que hay ciertos parámetros generales que pueden tenerse en cuenta. La entidad americana menciona que “comer los tipos indicados de alimentos antes, durante y después de su tratamiento puede ayudarle a sentirse mejor y a mantenerse más fuerte”.
Enumera que una dieta adecuada durante el tratamiento permite: sentirse mejor; mantener un nivel elevado de fuerza y energía; mantener el peso y las reservas de nutrientes del cuerpo; tolerar mejor los efectos secundarios relacionados con el tratamiento; reducir el riesgo de infecciones.
¿Qué nutrientes son necesarios?
El doctor Ernesto Crescenti, médico, investigador y director del Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti, preparó un informe en el que enumera los aportes necesarios que requieren estos pacientes.
Proteínas: Son importantes para el crecimiento y la reparación de los tejidos. Tras la cirugía y durante la quimioterapia y radioterapia es importante un aporte extra de ellas a través de carnes rojas magras, huevos, lácteos sin grasa y legumbres.
Grasas: Son una fuente de energía rica para el cuerpo, pero hay que procurar que sean monoinsaturadas en vez de saturadas. Se pueden ingerir a través del aceite de oliva y en menor medida en carnes rojas y leche entera.
Minerales y vitaminas: Además de los alimentos pueden agregarse suplementos para ayudar al cuerpo a aprovechar mejor la energía de lo que se consume.
Carbohidratos: El cuerpo los utiliza como fuente de energía para mantenerse en movimiento. Pueden incorporarse través de frutas, verduras y granos enteros, que a su vez contienen vitaminas, minerales esenciales y fibra. Por ejemplo, cereales, pan, harina, arroz, papas o legumbres.
Se recomienda, tanto para pacientes oncológicos como para la comunidad en general, preferir comidas en las que las protagonistas siempre sean las verduras, tanto frescas como cocidas (al vapor si es posible) y acompañadas de carnes (mejor si son blancas) y pescado. También hay que comer mucha fruta y asegurarse de estar siempre bien hidratados.