En números: Pacho Flores nació en 1981, empezó sus estudios musicales a los 8 años, tocó en orquestas desde los 10 a los 30, ensaya entre dos y seis horas por día, además de dar entre 85 y 90 conciertos por año y sumar una colección incierta (pero importante) de trompetas.
Él es uno de esos talentos musicales que ha dado Venezuela y que, por estos días, cautivan al mundo entero, combinando el rigor de la técnica con un espíritu encendido: latinoamericano, en definitiva.
Ahora, hablando con Los Andes, nos cuenta sobre el ciclo que dará junto a la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de Cuyo y que consta de tres conciertos: "La trompeta clásica" (hoy, con dirección de Luis Gorelik), "La trompeta latinoamericana" (el viernes 22, con su compatriota Rodolfo Saglimbeni al frente de la orquesta) y "La trompeta desde el barroco hasta la actualidad" (junto al Programa de Prácticas y Entrenamiento de la OSUNCuyo, el sábado 23).
Es un repertorio heterogéneo, a través del cual desplegará todo su virtuosismo. Ese virtuosismo para el que escriben (nos lo comenta al pasar, con total humildad) Paquito D'Rivera, Roberto Sierra o Arturo Márquez (autor de un celebérrimo danzón, cuyo primer "Concierto para Trompeta" lo estrenará en breve Flores).
"Hay un discurso que es muy bonito, centrado en los elementos del folclore latinoamericano pero llevado a la sala de concierto –nos explica–. Recobra así una gran fuerza, en Europa y en Asia. Ese discurso es parte importante de mi trabajo como concertista, aunque no dejo de lado las obras del repertorio universal. Quiero combinarlos, ¡y he tenido tanta suerte de combinar un Haydn con una pieza de Paquito D'Rivera! El público lo agradece. En Europa lo latino está de moda", cuenta Flores, quien también presentará la semana que viene entre nosotros "Labios Vermelhos", un samba de su autoría.
Si bien Pacho Flores está vinculado a la trompeta desde antes de nacer (su padre era trompetista y dirigía una banda), admite que si hoy está aquí es gracias al Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela: "Empecé pasito a pasito a escalar con diferentes profesores e instituciones", empieza explicando, y así llegó hasta ese imponente organismo que es la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar. Allí él fue primer trompetista, en el momento en el que Gustavo Dudamel (hoy uno de los directores más famosos del mundo) se desempeñaba como concertino.
Llegó lejos, hasta ganar importantes concursos en su especialidad, como el Maurice André, y ser artista del emblemático sello Deutsche Grammophon (allí grabó "Cantar" y "Entropía", junto a la guitarra de Jesús "Pingüino" González). "Los concursos te abren una puerta pero no te dan el éxito", confiesa.
–¿Por qué?
–Evidentemente es más complicado ser un concertista de tiempo completo. El canon de la sociedad, para un músico clásico, te indica que tienes que pertenecer a una orquesta o ser profesor de algún conservatorio y eventualmente tocar como solista. Pero ser solista ciento por ciento es complejo, porque se vive solo de conciertos. Ahora mismo estoy haciendo de 85 a 90 conciertos por año. Eso no te lo da un concurso: hay que quererlo, proyectarlo y trabajar en ello.
–¿Cómo evaluás, a través de tu propia experiencia, la importancia de que todos los niños accedan por igual a la música?
–Eso es fundamental. Yo no estaría aquí si no fuera por el “Sistema”, esa es una gran esperanza que se le da a los jóvenes. Es como un pequeño país: ahí se hace música conviviendo, no importa la raza, la religión, el nivel social... estás haciendo música, educándote como una persona integral, porque la música tiene un poder muy fuerte: es un lenguaje universal. Me encantaría que el mundo se llenara de orquestas por doquier, eso le da fuerza a las sociedades. Creo que no tiene que ser un lujo estudiar música: tendría que ser algo fundamental en toda persona.
Y cuando le preguntamos qué recuerdo le dedica a José Antonio Abreu, es más que claro: "Todos", dice tajante.Es que Abreu (1939-2018) fue el fundador de las orquestas juveniles venezolanas y, tal como nos lo explica Flores, abrió un nuevo horizonte en la forma de organizarse para hacer música:"Más de 50 países adaptaron a sus necesidades esta idea".
Entre esos, está también el nuestro.
La ficha
Orquesta Sinfónica de la UNCuyo
Director invitado: Luis Gorelik. Solista: Pacho Flores (trompeta).
Programa: "La trompeta clásica". Interpretan la Obertura Festival Académico (Brahms), Concierto para trompeta en Mi bemol (Neruda), Concierto para trompeta en Mi bemol (Haydn) y la Obertura-fantasía "Romeo y Julieta" (Tchaikovsky).
Fecha y hora: hoy, a las 21.30.
Lugar: Nave Universitaria (España y Maza).
Entradas: $160 (general) y $130 (estudiantes y personas jubiladas), disponibles también en formato abono en www.entradaweb.com.