Hay instituciones educativas que han dejado huella en Mendoza. Una de ellas es la escuela 4-111 Ingeniero Pablo Nogués, que en agosto cumplirá sus 100 años. Motivados por este hecho, tres ex alumnos -uno de ellos su actual director- se pusieron en campaña para realizar actividades acordes con esta fecha para todos aquellos que atravesaron sus pasillos o trabajaron en sus talleres. Se trata de Simón Hernández, Antonio Martinelli y la máxima autoridad de la escuela, Roberto Morales.
Con 1.160 alumnos que acceden al finalizar sus estudios, dependiendo su elección, a tres títulos de técnico (electromecánico, maestro mayor de obras y electricidad), el Nogués no solo ha sabido desarrollar a lo largo del tiempo en las camadas de estudiantes las destrezas manuales sino que además, cada profesional ha logrado al finalizar sus seis años de estudios una madurez intelectual y psicológica que pocos colegios otorgan.
“De acá los estudiantes salen con un título de secundaria que te permite acceder a cualquier carrera y después con un título de técnico que, tras obtener la debida matriculación, te permite manejar los recursos de otras personas que confían en uno. Son profesionales que asumen una responsabilidad civil y penal”, sintetizó el director Morales.
Hoy, una de las escuelas emblemáticas de Mendoza -conocida como “el gallinero” (en alusión a que había mucha tela de alambre romboidal y mucha chapa de fibrocemento) o "el Gran Chaparral” (porque se la vinculó a un rancho que en una serie estadounidense de finales de los ‘60 se desarrollaba en medio del desierto) está a punto de alcanzar su centenario y la fiesta promete ser grande.
Artes y oficios
Según contó Simón Hernández, todo empezó con un decreto del presidente Hipólito Yrigoyen que estableció, durante su primer mandato, el 14 de agosto de 1917 la creación de las escuelas de artes y oficios. Eran 12 en todo el país y una de ellas fue la Pablo Nogués, que aún no tenía esa denominación.
Esa escuela funcionaba a mitad de cuadra entre las calles Infanta de San Martín y Pedro Molina, en las inmediaciones del Correo. Paralelamente, en Buenos Aires se creó la Otto Krause, que fue la tutora de las escuelas industriales del resto del país.
En 1946 la futura Nogués cambió su denominación por Escuela Técnica de Oficios de la Nación; luego ese mismo año se llamó Escuela Industrial de la Nación. Dos años más tarde cambió de nombre otra vez: Escuela Industrial de la Nación Ciclo Superior.
A esta altura el edificio se ubicaba en la calle Yrigoyen, donde hoy hay un complejo de departamentos. “Era una casona que se adoptó como colegio. Recuerdo que tenía techos de fibrocemento y madera machimbrada de paredes, se escuchaba todo lo que decía el profesor de al lado”, explicó Hernández, egresado en 1957.
En 1961 pasó a llamarse Escuela Nacional de Educación Técnica de Mendoza Ciclo Superior y tres años más tarde nuevamente adoptaría otro nombre: Escuela Nacional Industrial de Educación Técnica -más conocida como ENET N°1 Pablo Nogués.
En 1968 recibió los terrenos donde se encuentra hoy (en el barrio Bombal) y a partir de la década del ‘70 los alumnos comenzaron a llenar las aulas. El lugar fue donado por Lucas Domingo Bombal un 29 de octubre.
“En el ‘92 todas las escuelas dependientes de la nación pasaron, por la ley 24049, a la provincia y adopta la denominación actual: Escuela Técnica 4-111 Ingeniero Pablo Nogués”, detalló Hernández.
Hablan los egresados
Simón Hernández recordó que en los años ‘50 construían tornos que eran copia de unos que traían de Alemania. “Recuerdo que fundíamos los moldes, los chasis y todo lo que hacía falta, menos el motor. Hacíamos 6 máquinas que después se donaban a otros colegios. Era inevitable tener callos en las manos por las limas que usábamos para construir martillos”, dijo memorioso.
Mario Vadillo (promoción ‘82) aseguró que lo bueno de la escuela y de las técnicas en general es que dan una gran formación: “Se nota en las capacidades que tenés porque a pesar de haber estudiado Derecho nunca rendí mal porque era muy fuerte la estructura de pensamiento. Por eso la abogacía me pareció fácil”.
Gastón Menese egresó en 2004 y para él la escuela, además de enseñarle a usar la cabeza, le fue útil para usar las manos con sentido común. “Me enseñó mucho de las relaciones humanas, durante 6 años (mañana, tarde, noche) pasás más tiempo con tus compañeros, profesores, celadores, preceptores o el cantinero que con tu familia”, rememoró.
Leo Lepez, que salió en 2006, señaló que el Nogués fue una gran etapa de su vida: “Fueron 6 años en los cuales conocí mucha gente que actualmente repercuten en mi vida profesional. Los talleres me enseñaron tantas cosas y lo más importante, el compañerismo que se genera después de pasar el doble turno, de estar todo el día, es único”.
Fernando Retamales pisó por última vez el colegio en 1992. “En el Nogués aprendí sobre la constancia, la disciplina, al tener doble escolaridad había que ser organizado y disciplinado. Para mí la escuela fue un espacio de aprendizaje continuo, de desarrollo, en donde aprendí muchísimo sobre cosas curriculares que desconocía y entendí que yo no sería ingeniero y sí sería administrador. Para mí es un orgullo haber caminado esos pasillos y ser noguesino”.
Algo más crítico, Martín Appiolazza, egresado en 1989, opinó que el colegio le dejó la experiencia de lo profundo que había calado el pensamiento autoritario en las instituciones educativas, “con la excepción de un par de maravillosos profesores”.
Por último, Lucas Echeverria (egresado 2001) dijo que sus recuerdos y el de sus compañeros se enmarcan en los profes “libres, sensibles y emancipadores” que se animaron a romper el muro conservador de la “institución técnica” y “nos enseñaron que desde el amor y el respeto por cada sujeto y cada subjetividad también se puede construir un espacio de educación.
“A ellos queremos recordar en estos primeros 100 años: al maestro López (un clásico e inigualable, uno de los más queridos) del taller de construcciones que nos regalaba minutos para ir al Átomo y comprar un desayuno con tortitas y mate cocido, después comíamos en la planta alta de aquel obrador. Lo tratábamos de igual a igual, nos puteábamos mutuamente y sobre todo, rompía con la verticalidad de la relación maestro-alumno”, señaló.
Actividades
12/08 - Velada de gala en la Nave Cultural. Participa la orquesta sinfónica de la UNCuyo y el Coro de Mendoza
14/08 - Acto principal. A las 9 se recibirá a las autoridades en el colegio. A las 9.30, descubrimiento de placa y retrato de Pablo Nogués. A las 10, acto en el Auditorio Bustelo en reconocimiento de docentes.
19/08 - Cena de Camaradería en Palatium (quienes deseen participar de este evento deben comunicarse con la escuela o con el salón de fiestas).
Curiosidades del pablo nogués
-10% de sus estudiantes son mujeres; en los inicios sólo eran 1% del alumnado. Algunas de las primeras egresadas fueron Nora Díaz y María Elena Banffi.
- Hace algunos años se incorporó un moderno taller de soldadura equipado por YPF.
-La Universidad de Mendoza realiza ensayos de materiales en sus talleres
- Por sus aulas pasaron mendocinos de renombre, como Sergio Bonelli (de la banda Los Alfajores de la Pampa seca), Marciano Cantero (de los Enanitos Verdes), Osvaldo Peinado (científico de la NASA), Eduardo Zapico (Asociación Argentina de Tecnología Aeroespacial) y la diputada Patricia Giménez, además de destacados empresarios.
- El 30 de mayo pasado se le entregó al colegio una copia de la resolución de la Cámara de Senadores en donde se declara el centenario del Nogués como de interés legislativo.
- Por año egresan unos 130 técnicos, de los cuales 80% sigue estudios superiores, especialmente en la UTN y la UNCuyo.
- El colegio ocupa una manzana entera, con 10.000 m2 cubiertos, de los cuales la tercera parte está asignada a los talleres.
-La nave principal es similar a la de una empresa metalúrgica. Tiene un gran parque de herramientas: tornos, laminadoras, rectificadoras y fresadoras, por citar parte del equipamiento.
- Se están institucionalizando los “Viernes de los Recuerdos”: egresados realizan una visita nocturna por el colegio que culmina con un asado.
La solidaridad, siempre presente
Hace 15 años, por iniciativa de Charly Mezzenasco, quiosquero y una de las figuras más reconocidas del colegio, nació el Nogués Solidario, que se hace cargo de toda la actividad social de la escuela. Gracias a las donaciones que hacen alumnos y egresados se ha podido llevar ayuda al Hospital Notti, a la Casa Cuna, a comedores y actualmente se está haciendo una colecta para ayudar al comedor sol y sierra.
“Siempre tomamos la iniciativa a partir de las propuestas de los chicos cuando ven que en algún lugar hace falta ayuda. Hemos ido a escuelas con chapas y materiales para contribuir con lo que haga falta”, contó Charly, quien hace 18 años se hizo cargo del bufet de la escuela.
Además, comentó que se ha organizado el torneo de fútbol “Charly Champions” donde cada equipo colabora con alimentos perecederos.
“El campeón, cuando termina el torneo, lleva todo lo recolectado a un lugar al que le haga falta”, informó el impulsor del proyecto solidario.