Lo sufre. Reniega, eleva la vista al techo del estadio y hasta lanza algún improperio. Pasional como muchos técnicos de este deporte, Pablo Daniel vive con intensidad cada partido. “Se sufre mucho. Va a ser parejo para todos”, confiesa en el inicio de la charla.
“Veníamos haciendo buenos partidos por momentos, pero éramos muy irregulares. Por suerte pudimos entender que debíamos ser más intensos en defensa”, agrega.
Intensidad es una palabra que se repite a cada rato en una charla junto al técnico puntano. Pretende más agresividad de sus dirigidos bajo el tablero propio. “Vengo de una escuela en la que me enseñaron que la defensa gana juegos.
Creo que el equipo no entendía lo que pretendíamos para esa faceta. Fue un desafío importante ganarle al puntero e invicto (91-88 vs. San Martín de La Rioja) y, sobre todo, con el argumento: una buena defensa”
-¿Dudó en algún momento del triunfo?
-Sería un mentiroso si dijera que estaba convencido de que íbamos a ganar. Se dio un juego cerrado. Si estaba convencido, más allá del triunfo, que mi equipo estaba haciendo un buen trabajo defensivo. Existían desinteligencias y poca actitud de parte de los muchachos en ese aspecto y pudimos despertarnos justo ante un rival que llegaba invicto. Podemos mejorar mucho más aún.
-A poco del final ganaba por dos puntos y defendió sin cortar con falta, ¿fue una orden que llegó desde el banco?
-Sí, soy un convencido de la defensa. Si vamos a cortar, será una cuestión estratégica, estando tres puntos arriba, porque con dos libres no nos alcanzan. Sino, siempre la orden será defender. Es un concepto muy personal y que sigue la línea que te dije antes: las defensas ganan partidos.
-Faltaba juego colectivo...
-No nos encontrábamos en ofensiva. Es un equipo muy nuevo y no tenemos roles definidos sobre quienes tienen que tomar mayor protagonismo. Tenemos jugadores que tienen condiciones para decidir durante el juego y queremos aprovecharlos.
