El soldado fija la sonrisa, empuñando la guitarra en vez del fusil. El batallón lo sigue con los cascos flojos, abstraído de las balas por el canto. Esa foto de la Guerra Civil Española es la que tiene de portada.
"Siempre me conmovieron las canciones de esa gesta, en la que estaban mezcladas las armas con el pensamiento libertario, la poesía y el teatro". Pablo trasnocha la respuesta y viaja del 1936 al hoy.
“El pueblo tomando el destino en sus manos y defendiendo lo suyo. Las canciones para fortalecer la lucha en tiempos difíciles. Todo eso veo allí, y resuena para mí en este presente complejo. El arte como herramienta de batalla. De eso se trata”.
Todavía arde la llama que Dacal dejó encendida el invierno pasado, la noche en que tocó a luz de vela, para el círculo íntimo de un bar clandestino. Había traído su libro "Las canciones escritas" (Mansalva) y celebrado la aparición de "Una década cantada": 10 años y miles de kilómetros cifrados en un disco. Y si algo aclaró esa luna acerca de este trotamundos es que también es un prestidigitador del tiempo.
- En esto de rescatar las guitarras de otras épocas, ¿con qué cantor del pasado te hubiera gustado compartir taberna?
- Con Ignacio Corsini. No era muy tabernero, quizás nos hubiésemos tomados un café. Pero pagaría fortunas por ello. Me fascina el poder de su voz, su dignidad artística, las decisiones que toma con su repertorio, la forma en que trabaja con sus músicos, ese mundo extraño y mítico que inventa sobre la época de Rosas. Canto pensando en él, lo llevo como una bandera muy alta. Una voz sin tiempo, sin dudas.
Las primeras canciones de Dacal fueron poemas musicalizados, dejó de dibujar para tocar la guitarra, hizo música para teatro desde pequeño. El bardo nació de tal combinatoria.
¿Y las letras? "La literatura construye un mundo con un manojo de palabras que dependen de nuestra intervención. Un libro cerrado no dice nada. Me fascina la participación del lector que necesita para hacerse realidad, esa capacidad de construir un mundo donde no había nada, para vivir en nuestro recuerdo como algo real".
Dacal piensa en la música como otra clase de magia: más envolvente y limitada en el tiempo, desplegable en el ambiente. “Pero las canciones entretejen un discurso único entre literatura y música y eso es maravilloso: la palabra cantada expande sus significados, ya que además no solo utiliza las notas para elaborar su melodía sino que la interviene con otras herramientas como la armonía, el ritmo, las diferentes tímbricas, e inclusive el acto performático de quien canta”.
Junto con el cine, la canción le parece de las artes más elaboradas por los seres humanos.
El alquimista
Es fácil imaginarlo con el sombrero criollo gastado por el polvo, arengando al público del lejano oeste en esa misión tan eterna como urgente. “Las canciones acompañan nuestra vida, pueden ser apropiadas y resignificadas por el tiempo sin necesitar de nada. En la radio de cualquier cabeza, una canción está sonando. Es nuestra tarea elaborar la alquimia suficiente como para que ellas tengan un poder mayor, que empujen a los escuchas a la acción sobre sus vidas, que no adormezcan al oyente y lo dejen cómodo en su silla sino que despierten sus mayores deseos a la realidad”.
- Venís a dar un taller. ¿Cómo se potencia la creatividad? ¿Cómo se hace una canción?
- Hacer una canción es bien simple. Hay que perder el pudor sobre la propia voz, las ideas originales y la academia del saber, que busca dominar los discursos con una idea del conocimiento conservadora y represiva. Conocimiento no es información.
- ¿Entonces?
- Mucho es lo que podés leer y memorizar, pero solo a través de la experiencia podés transformar todo eso en algo digno de ser cantado. Y todos experimentamos nuestras pequeñas aventuras, movimientos, situaciones. ¡La propia vida! Creo que se trata de tomar conciencia de los elementos que conviven en una canción, tomar decisiones y avanzar sobre lo que necesitás decir al mundo.
- ¿Y de qué manera se profundiza el proceso?
- Después está en cada uno encontrar ideas elaboradas e inéditas, tener una visión amplia sobre el mundo que lo rodea o solo reposar la mirada sobre sí mismo y sus lugares comunes. La libertad es difícil porque te empuja a tomar la vida en tus manos, y no todo el mundo quiere hacerlo. Las canciones, como cualquier lenguaje artístico, abren esa posibilidad. Pero en este caso se pueden lograr instantes maravillosos con muy pocos recursos: Bob Dylan no cantaba ni tocaba bien y reinventó la canción contemporánea que todavía estamos descifrando.
- ¿Por dónde se orienta ahora tu búsqueda artística?
- Estoy escribiendo mucho, varios proyectos a la vez, algunos en colaboración y otros en solitario, de diferentes características. Ya veremos que resulta de todo ello. Por otro lado, estoy por presentar un recital expandido a lo performático, que será un trabajo que iré elaborando frente al público y ojalá pueda traer a Mendoza en el próximo año. Como antes te decía para mí todo está extremezclado, y siento que habiendo tantas herramientas a disposición no hay por qué privarse de ellas. Estoy cruzando distintos elementos en una especie de conferencia performática sobre todo lo que hacemos mientras hacemos lo que hacemos, el triunfo y el fracaso en nuestras vidas, que esconde un recital dentro y se llama Merde!, en alusión al éxito que se desean los actores antes de salir a escena. Mientras tanto, claro, trabajo un nuevo disco que avanza lento pero seguro, en mi propio estudio casero. Bastante violento y con muy pocos elementos, trabajando muy a fondo con lo esencial, dos o tres instrumentos y muchas dinámicas, sonidos metálicos y procesados, los despojos de esta fábrica abandonada en que se ha transformado la Argentina y el mundo.
- ¿Cuál es tu antídoto para estos tiempos?
- Trabajar día y noche, fortalecer los lazos amorosos, avanzar sin dudar contra la aburrida normalidad del presente.
Hacer canciones
Pablo Dacal editó cuatro discos solistas: “Una década cantada” (2016, en vivo en el Teatro Margarita Xirgu), “Baila sobre fuego” (2015), “El corazón es el lugar” (2013, junto a las Guitarras del Tiempo) y “El Progreso” (2011).
Compartió conciertos, ensayos y grabaciones con Fito Páez, Nacho Mastretta, Daniel Melingo, La Chicana, los cancionistas del Río de La Plata, y una gran cantidad de cantautores latinoamericanos y Europeos. Protagonizó un mediometraje y el documental “Charco, canciones del Río de la Plata”.
Este lunes dictará un Taller: “La canción del día”, dirigido a artistas de todo tipo que sientan el deseo de cantar una canción y la curiosidad por construirla. Es un encuentro único, el lunes, de 19.30 a 22, en De La Chí . Costo: $600.
Día y hora: Mañana, a las 19.
Lugar: La Colombina (Balcarce 220, Godoy Cruz)
Entradas: $150, $200.