Un atentado suicida en una zona comercial del centro de Estambul dejó ayer al menos cinco muertos y 36 heridos, en el último ataque de una serie sin precedentes que sacude Turquía desde el verano.
Seis días después de otro atentado reivindicado por un grupo kurdo que mató a 35 personas en Ankara, un kamikaze se hizo estallar en la gran calle peatonal Istiklal, en la orilla europea de Estambul, por la que pasan cada día cientos de miles de personas y numerosos turistas.
El último balance oficial da cuenta de cuatro muertos -dos serían estadounidenses y uno israelí- y 36 heridos, entre ellos otros israelíes, dos irlandeses, un islandés, un iraní, un alemán y un dubaití.
“Es un atentado suicida, un ataque terrorista”, confirmó el gobernador de Estambul, Vasip Sahin, precisando que el kamikaze también murió.
El episodio no ha sido reivindicado por el momento, pero la prensa cercana al gobierno turco ha identificado al autor como Savas Yildiz, de 33 años, un turco presentado como combatiente del grupo Estado Islámico, aunque esta información no ha sido confirmada de fuente oficial.
En varios videos difundidos en los medios turcos y en las redes sociales, se ve al kamikaze dirigiéndose a un pequeño grupo de personas que pasa delante de un edificio oficial.
“Se hizo estallar delante de un grupo de personas frente a la subprefectura: hay dos objetivos diferentes posibles”, indicó una fuente diplomática occidental. “Todas las pistas están abiertas”, la kurda y la yihadista, agregó.
"Una carnicería"
En un comunicado, el primer ministro Ahmet Davutoglu maldijo a los autores del ataque y prometió continuar “combatiendo todas las formas de terrorismo”.
“Oí una explosión cuando estaba dentro del café. Cuando salí, todo el mundo corría en todas direcciones”, dijo Mustafá, un mozo que presenció lo sucedido. “Vi por todas partes gente tirada en el suelo, una verdadera carnicería”.
“Escuchamos una fuerte explosión. Nos acercamos a la ventana y ahí vimos pedazos de cuerpos pegados a los vidrios”, contó Ahmet, un testigo del ataque que vive en un edificio situado al frente del lugar del atentado.
La calle Istiklal fue evacuada después del ataque, así como gran parte de la plaza Taksim, según periodistas de la agencia AFP en el lugar de los hechos. Un helicóptero de la policía sobrevolaba la zona, donde había numerosos policías de custodia.
En alerta permanente
Turquía se halla en alerta reforzada desde el año pasado, tras una serie de mortíferos atentados atribuidos a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) o a los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que reanudaron sus enfrentamientos con las fuerzas de seguridad turcas.
El pasado domingo, un atentado con coche bomba contra una parada de colectivos se cobró 35 vidas en el centro de la capital turca. El 17 de febrero, una acción similar dejó 29 muertos en el mismo corazón de Ankara.
Estos dos ataques fueron reivindicados por un grupo radical kurdo cercano al PKK, los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), que ha prometido continuar sus ataques contra el Estado turco.
"Solidaridad y apoyo"
Por su parte, la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK), difundió un comunicado condenando el ataque: “Como movimiento kurdo de libertad, nos oponemos a los ataques contra civiles y condenamos los ataques que los toman por objetivo”. “Presentamos nuestras condolencias a las víctimas”, añadió.
Estados Unidos ha condenado “con firmeza” el atentado en Estambul y ha prometido ser “solidario” con su aliado turco, mientras que la Unión Europea ha reaccionado reafirmando su “apoyo” contra la “amenaza terrorista”.
Avergonzado por las críticas que denuncian los fallos de seguridad tras el atentado de Ankara, el presidente Recep Tayyip Erdogan reaccionó relanzando su guerra contra los “cómplices” de los “terroristas” kurdos. Desde el pasado domingo, más de 320 personas, abogados, responsables políticos intelectuales o simples partidarios de la causa kurda, han sido detenidos.
Alemania lo había advertido
El jueves, Alemania cerró su embajada en Ankara, su consulado en Estambul y las escuelas alemanas en las dos ciudades, indicando que había informaciones sobre planes de ataques muy graves.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores en Berlín recomendó a los turistas alemanes “en Estambul, Ankara y otras grandes ciudades en Turquía que se mantengan alerta”. El comunicado sostiene que “habrá más tensión política, disturbios violentos y atentados terroristas en todo el país" en las próximas semanas. Mientras que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, continúa con el discurso de “erradicar” al PKK.