Nick Kyrgios es un jugador con pocas pulgas. Es capaz de hacer un gran torneo como en el ATP 500 de Washington, donde se consagró campeón, y también de mostrar su peor cara como lo hizo en el Masters 1000 de Montreal, donde perdió haciendo un papelón.
El australiano se mostró enojado, irónico e irrespetuoso con el juez de silla durante su partido con el británico Kyle Edmund, el cuel terminó perdiendo 6-3 y 6-4.
Cuando transcurría el sexto game del primer set (estaba 3-2 abajo) y el problema se desató con los ball boys... por las toallas. Y después se la agarró con el umpire, al cual maltrató con ironías varias y una queja constante: "¿Veinte minutos para traerme una toalla? Te llevó 20 minutos traerme una toalla". Sin atender a las explicaciones que le daba el juez de silla sobre los protocolos que deben cumplirse para determinadas situaciones y cuestionándole su autoridad.
"¿Qué tan difícil es? Cinco hombres para una toalla. Maldigo este lugar, odio este lugar. Veinte minutos para una toalla. Ah, me trajiste dos. Gracias", remató Kyrgios.