El deporte ha sido siempre una actividad que a los gobiernos les ha servido para ir manejando el clima social. Desde la antigua Grecia, cuna de la política y de los Juegos Olímpicos, siempre una se sirvió de la otra para sacar réditos a favor de sus dirigentes.
En Argentina se criticó, y mucho, cuando durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se estableció el Fútbol para Todos. Fueron innumerables las críticas y de ahí se tomó esta gestión para levantar la medida.
La corrupción terminó dando la razón. Pero lo más importante es que no es saludable que el deporte necesite vivir del Estado para subsistir. De hecho está demostrado que cuando eso ocurre se termina desdibujando la imagen del deporte.
Acá radica el problema de que el gobierno de Mauricio Macri le quiera quitar independencia al Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo), el que fue creado durante el gobierno de Cristina Kirchner y estaba funcionando de maravillas.
La institución se encarga de la preparación y desarrollo de los atletas argentinos y su financiación depende de un impuesto del 1% que se cobra junto al abono de telefonía celular.
La entidad fue fundada en 2009 luego de años en los que gobiernos de distintos colores políticos bastardearon e ignoraron el deporte olímpico en Argentina. Tanto es así que en muchas ocasiones eran los propios atletas los que tenían que costearse los entrenamientos y los viajes a los torneos.
En 2010 se aprobó una ley que aseguraba el financiamiento de la entidad a través de un impuesto minúsculo, tanto para los usuarios como para las empresas de telefonía. No solo eso, sino que además reducía el gasto del Estado para concentrarlo en otras áreas, como salud o educación.
Se estima que, desde entonces, el Enard recaudó cerca de $ 2.500 millones de pesos, con los que se pudo entrenar a atletas emergentes y mejorar la performance del país en los Olímpicos, Paralímpicos, Juegos Panamericanos y Juegos de la Juventud.
Justo en la semana en la que se hicieron públicas las sospechas que siempre se tenían por privado, sobre las coimas y el desmanejo de dinero, el gobierno nacional establece en la reforma tributaria que envió al Congreso, que se dejaría sin efecto el financiamiento que tenía el ente autárquico y aseguran que la plata desde ahora la pondrá el Estado Nacional.
Surgen un sinfín de preguntas entonces, hasta ahora sin respuestas.
- ¿Será el Enard el nuevo Fútbol para Todos?, es decir un lugar donde se destinarán fondos públicos que puedan llevar a la corrupción.
- ¿Por qué el Gobierno asume un gasto que tenía resuelto? Hasta ahora los cerca de 600 millones que se repartían entre los 1.500 atletas y entrenadores llegaban de una forma transparente y gracias al aporte mínimo (entre 5 y 6 pesos por línea) de todos los argentinos con celulares.
- ¿Dónde irá a parar esa plata? Nadie lo dice. Por lo que dejaron entrever, al Tesoro Nacional, que es el que debería administrarlo y hasta se habla de que se aumentaría, con lo cual afectaría al bolsillo de todos. Eso es motorizar la economía, según Carlos Mac Allister.
- ¿Si el gobierno tiene 600 millones que le sobran, porque no los usa para incentivar el deporte de base? Algo que no hace el Enard, porque su función es apoyar a los deportistas de élite y con excelentes resultados, como lo demuestran, entre otras cosas, las medallas de oro de Paula Pareto y Sebastián Crismanich.
Volver a depender del gobierno de turno para conseguir una ayuda económica es el gran problema que plantean los deportistas. Se volverá a aquellas viejas épocas en las que se beneficiaba a los “amigos” y se castigaba al resto.
Cuando pensamos el deporte, debemos hacerlo con visión de largo plazo, no puede estar supeditado a una gestión de gobierno, que cada año destinará lo que crea necesario para la actividad y entonces no habrá posibilidades de planificación, lo que sí pasa hoy. Es más, con este sistema, los deportistas cobran del 1 al 5 de cada mes, indefectiblemente.
“El modelo institucional del Enard es estudiado y copiado en el mundo del deporte, ¿nosotros no lo valoramos?", dicen con razón los deportistas.
“Mendoza puede hacer un esfuerzo con los 18 deportistas que cobran de Nación y darles una beca, pero lo que no podríamos hacer es tener la logística y el dinero para subvencionar giras en el exterior como lo hace el Enard”, aseguró Federico Chiapetta ni bien se conoció la noticia, y hasta se mostró sorprendido al respecto.
Muchos funcionarios nacionales vieron la decisión como apresurada. “Todo parece ser un nuevo si pasa, pasa al que nos tiene acostumbrado este gobierno”, dicen por lo bajo.
Llamativo que todo pase de cara al 2018, cuando Buenos Aires será sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud, un evento en el que el Comité Olímpico Argentino, que es el principal componente del Enard, tuvo mucho que ver y será el que maneje los fondos.
El deporte sigue en estado de alerta y ojalá que, como pasó con el vino, la situación se revea a la brevedad.