La decisión de la Presidencia de la Nación de continuar financiando Portezuelo del Viento, se produjo a poco de conocerse la postergación de los vencimientos de deuda del Estado en dólares y bajo legislación argentina. La ejecución de la megaobra en el sur mendocino se encuentra incluida entre las mencionadas deudas en dólares. Sin embargo, quedó al margen de esa drástica medida política.
El alivio para Mendoza se acentúa luego de la oferta del viernes para la reestructuración de la deuda pública con los acreedores privados bajo legislación extranjera. Es obvio que resultaba difícil dejar en suspenso un plan tan ambicioso y con su proceso licitatorio ya lanzado.
El respaldo del gobierno nacional a Portezuelo refuerza el avance futuro en materia energética; será el primer aprovechamiento sobre el río Grande. Se concreta un viejo anhelo de los mendocinos y sobre todo de los visionarios que desde hace décadas no dudaron en promover el proyecto. Estamos, como dicen autoridades locales, ante una obra “sólida” capaz de dar un notable impulso a la economía del oeste argentino.
Se debe tener presente que la política jugó en contra en varias oportunidades. No hace muchos años un acuerdo entre la Nación y la Provincia derivó en una compensación a Mendoza por los efectos de la promoción industrial a provincias vecinas con el aporte nacional para impulsar la obra. Sin embargo, no hubo avances y quedó la sensación de que se había resignado una causa justa, como la de la promoción industrial adversa, sin ningún tipo de recompensa. Luego, durante la presidencia de Mauricio Macri la gestión provincial de turno logró que la Nación aceptara financiar el futuro emprendimiento, lo que se materializó a través de una letra en dólares bajo legislación nacional. También durante la gestión nacional anterior nuestra provincia recibió la primera cuota, en octubre del año pasado, mientras que el nuevo gobierno canceló la segunda a principios de año. Ahora se espera el compromiso por más de 16 millones de dólares para fines de este mes. Finalmente, en julio y octubre se deberá completar el compromiso nacional.
Todo parece indicar que, esta vez, la política no quiere jugar en contra de Portezuelo del Viento. El hecho de que el gobierno nacional respete, ante condiciones económicas adversas, un compromiso con una provincia conducida por un gobernador de la oposición habla de una saludable madurez institucional. Con más razón si se tiene en cuenta que la mayoría de las provincias que conforman el comité de cuenca que debate sobre la obra son conducidas por dirigentes del signo político del Ejecutivo nacional o con posturas críticas hacia Portezuelo del Viento. Y que este año fue puesto en la dirección ejecutiva de ese órgano interprovincial un ex secretario de Recursos Hídricos de La Pampa, la provincia que encabeza el reclamo contra Mendoza a partir de la construcción de las centrales de El Nihuil.
La apuesta a la obra pública de gran alcance deviene una política de Estado cuando los dirigentes de distintos signo partidario tienen una actitud visionaria despojada de intereses y especulaciones. Por eso hay que apostar a que en este caso el camino iniciado no se interrumpa más.