En los últimos diez días el valor de la moneda norteamericana en nuestro país subió más de 1 peso en su cotización. Ayer miércoles había abierto a $ 18,75 en Buenos Aires y $ 19,10 manteniendo una tendencia alcista que comienza a sorprender.
En principio, el movimiento fue tímido, cuando la reserva Federal de EEUU decidió aumentar 0,25% la tasa de los bonos, prometiendo que el año próximo hará tres subas más. En realidad, los especialistas no saben cómo hará el organismo rector para inducir una suba ante las cantidades exuberantes de moneda que el Tesoro emitió en los últimos diez años.
Los especialistas aseguran que si EEUU atrae capitales a su mercado puede generar picos inflacionarios que aún no se vislumbran. Además, si hacen subir el precio del dólar se perjudicará la propia economía norteamericana y puede quitar el leve impulso que ha tomado.
No obstante, otro estímulo de los inversores en nuestro mercado fue la decisión del Banco Central de bajar levemente las tasas de largo plazo de las Lebac. Esto era lógico ya que las proyecciones de inflación para los próximos doce meses están en el orden del 19% como máximo por lo cual las actuales tasas lucen excesivamente altas.
Pero algunos previsores prefirieron salir rápido y no se equivocaron. Con la suba actual la renta de las Lebac, medidas en dólares, prácticamente quedó neutralizada y esto apura a salir a quienes entraron con fines solamente especulativos.
También contribuyó a aumentar la demanda la decisión de muchas empresas de cerrar sus balances en dólares, mientras empresas extranjeras aprovechan para girar utilidades a sus casas matrices. Más pequeña, la demanda minorista para vacaciones y otros para atesoramiento, pusieron picante a un mercado que hacía tiempo venía muy planchado.
Tratándose de un mercado libre, el precio del dólar lo fija el equilibrio entre oferta y demanda y esos equilibrios cambian a diario por lo que es bueno acostumbrarse a ello y no estar haciendo cuentas todos los días. Pueden producirse muchas oscilaciones y las empresas deben manejarse dentro de ciertos rangos, mientras los particulares deben operar tranquilos.
Para enero se espera que comiencen a liquidar con mayor volumen las exportaciones de trigo, y luego comienzan las de maíz y más tarde las de soja.
El primer semestre es el que registra la mayor concentración de ingresos de divisas por lo que habrá que ver cómo se comporta el mercado en la relación de oferta y demanda.
Por otra parte, el tesoro tiene previsto emitir bonos por unos 30.000 millones de dólares, que también entrarían al mercado para engrosar la oferta.
Si a pesar de todo los precios de la moneda no alcanzan a cubrir la inflación, seguramente la demanda de los importadores hará lo suyo para ir equilibrando el mercado. Lo que nadie puede decir es cuál es el precio de equilibrio porque cada uno tiene su propio valor en función de sus ecuaciones de costos, su productividad y su eficiencia.
Hasta ahora, el Banco Central no ha intervenido. El dólar está muy atrasado respecto a inflación y, claramente, ha sido la peor inversión de 2017. Con los datos preliminares, es probable que 2018 dé resultados similares.