La puja por reclamos salariales de los empleados municipales de Lavalle terminó mal. El corolario fue denuncias cruzadas por agresiones físicas y verbales y trabajadores en el hospital.
El intendente Roberto Righi, y un grupo de unas 40 personas, entre las que había municipales nucleados en ATE, protagonizaron incidentes ayer.
Como protesta, un grupo de empleados se dirigió hasta la casa de Gustavo Ortiz, secretario Legal y Técnico del municipio, con pancartas, bombos y con la modalidad de escrache.
Ortiz avisó al intendente que los manifestantes estaban en su vivienda y a los pocos minutos, llegó hasta Montenegro y Pujada el jefe comunal, acompañado de su esposa y la policía.
El recibimiento no fue bueno y los empleados denuncian que la mujer de Righi comenzó a insultarlos y a rasguñarlos. Incluso que el intendente les tiró gas pimienta.
En contraposición, el intendente dijo a este diario que él no tiró gas pimienta, que es “una locura” pensar que su mujer haya agredido a los trabajadores y que tiene un hematoma en la espalda a raíz de un piedrazo que recibió y que también le “arden los ojos”.
En tanto, nueve de los manifestantes tuvieron que ser atendidos por diversas heridas leves en el Hospital Saporiti.