Parece que es la historia de nunca acabar. Por tercera vez al hilo sus chances quedaron truncas. La palanca de cambios, que ya lo había amargado en San Martín y Río Gallegos, también falló cuando Julián Flamarique era protagonista en Concordia.
“Para solucionar los problemas anteriores, se hizo una modificación pero volvió a tener inconvenientes. Se cortó un bulón de la varilla de la caja y no pude seguir; quedó trabada”, afirmó resignado.
Su Chevrolet Cruze había demostrado que estaba para dar pelea. El godoicruceño se mantuvo segundo en la segunda serie, no sin antes ir a la caza de Facundo Chapur. “El auto era muy bueno en las partes lentas. Llegué a pasarlo pero él se recuperó estirando el frenaje”, señaló en la única maniobra clara que tuvo para dar el salto a la primera plaza.
Moviendo del sexto cajón en la final, nuestro crédito marchó tranquilo hasta que las cubiertas jugaron en contra. “No fue bueno el juego de gomas que colocamos. Lo había asentado en los ensayos pero no respondió”, sostuvo.
Así fue como Leonel Pernía, Bruno Bosio y Guillermo Ortelli dieron cuenta de Julián hasta que, a falta de cuatro giros para el cierre, debió abandonar a causa de la caja.
Sobre su futuro, Flamarique expresó que “todo sigue igual que antes. Están las cuatro alternativas y después el equipo de Pablo Arana. Ahora sólo debo pensar en cerrar bien el año”.